Días de cine
Se habla de cine en Guadalajara, pero no de estrenos ni rodajes sino del proyecto de creación de la denominada “Ciudad del Cine”, en los terrenos del Fuerte de San Francisco.
Se habla de cine en Guadalajara, pero no de estrenos ni rodajes sino del proyecto de creación de la denominada “Ciudad del Cine”, en los terrenos del Fuerte de San Francisco. Se enredan los actores implicados, los cuatro grupos municipales y la Junta, en un debate sobre secretos y mentiras, sobre qué dijo cada cual y qué interesa a la ciudad. Hay un hecho indudable: hay que hacer algo con un patrimonio recuperado para Guadalajara, el de los antiguos acuartelamientos y sus edificios, que ha terminado convirtiéndose en una zona depauperada tras años de inacción. Coincidiendo con el veinte aniversario de la firma del acuerdo de cesión de los terrenos y edificios por parte del Ministerio de Defensa, que recogía la creación de un complejo cultural, poco se ha avanzado, seguimos enzarzados en qué uso deben tener. Bien es cierto que el principal responsable, quien tenía la misión de hacerlo, el gobierno autonómico, ha dejado pasar todo este tiempo postergando la inversión en nuestra ciudad. También lo es que los sucesivos ayuntamientos poco han conseguido sacarle a la Junta, independientemente de quién gobernara en uno u otro lugar.
Uno de los usos prometidos, incluso presentado públicamente, fue crear una biblioteca municipal y trasladar allí las Escuelas Municipales. Hacia ello se avanzaba y ahí están las fotos del consejero de Fomento y la anterior corporación municipal presentándolo. Pero he ahí que, elecciones municipales mediante, el otoño pasado se cambia de opinión y se habla del proyecto único de la “Ciudad del Cine”, sin aclarar el porqué del giro y sin que los ciudadanos sepamos a qué posibles intereses obedece. Si en 2023 eran compatibles la biblioteca y las escuelas con el nuevo proyecto, no se entiende que hoy no lo sean. Y lo peor es que se presenta como un lo tomas o lo dejas, como un tú verás. Si dices no al proyecto del cine, no hay inversión. No son formas. Alguien debería echar cuentas del déficit inversor, por comparación, de la Junta en nuestra provincia: en kilómetros de autovías, inversión sanitaria, infraestructuras o equipamientos educativos, por no hablar del hecho de estar fuera del sistema universitario. Si tuviéramos sangre, incluso deberíamos movilizarnos.
Y en medio de todo esto, llega el concejal de cultura, de quien aquí mismo yo dije que se le veía a gusto en su labor, moderado, rodeado de personas y colectivos de todo color, y anuncia (él no, sus presupuestos) que se elimina la subvención nominal al FESCIGU, nuestro prestigioso festival de cine. Poco le ha durado la moderación. No ha tardado en tirar al monte de al enemigo ni agua. De película, sí, pero de miedo.