Dungeons & Dragons: Un peliculote para toda la familia

04/04/2023 - 17:26 J. Pastrana

Los ochenteros somos los reyes de la nostalgia. Vivimos aferrados a nuestro Star Wars, nuestro Willow y nuestros Goonies. Hemos sido testigos de aventuras mágicas e imposibles que marcaron nuestra infancia y, lo reconozco, si hay algo que me hace ilusión es estar junto a mis hijos el día que ellos se enganchen de la misma forma a un película.

Pero para que eso ocurra, claro está, es necesario que haya buen cine familiar, de ese que no te revela los secretos de la vida, pero que te invita a dejar volar la imaginación. 

Mi hijo tiene 5 añitos recién cumplidos y le gusta el cine, creo que sobre todo porque le compro chucherías y palomitas, pero le gusta mucho ir al cine. Otra cosa es cómo aguante la película. Tenía miedo al llevarle a ver esta Dragones y Mazmorras (lo pongo en español que con el inglés me lio). Dos horas y diez minutos podía ser mucho para un niño de 5 años... Pues no. Apenas se movió de la butaca. Al terminar la película me confesó que no se había enterado de la trama, a su madre le dijo que a lo mejor le daba miedo por la noche y un par de días después aún me preguntaba por los papás y las mamás de los hechizados y por el escote de la señora grande. Está fascinado por la película... y no ha tenido pesadillas, por cierto. 

Dragones y Mazmorras es lo que los hijos de los 80 reivindicamos al defender nuestro cine familiar. Tiene aventuras, un historia simple, pero no idiota, algo de terror, humor sin resultar totalmente paródica, acción y un reparto bien servido de carisma, desde Chris Pinne hasta Michelle Rodriguez y la siempre hipnótica Shopia Lillis... Y lo único que no tiene son pretensiones raras, más allá de divertir al personal. 

En un mundo imaginario y medieval, un bardo caído en desgracia y su hija recién nacida unen su destino al de una fiera guerrera. Juntos formarán un grupo de ladrones que se convierte casi en familia. Sin embargo, un golpe fallido pondrá todo su mundo aún más patas arriba y les obligará a buscar nuevos aliados para hacer frente a un pelígro oscuro y mágico que, claro está, implicará adentrarse en mazmorras y hacer frente a dragones (aunque no sean exáctamente como uno espera que sea un dragón).

Dungeons and Dragons: Honor entre ladrones hace por fin justicia a una marca mancillada por su anterior adaptación cinematográfica (ni la busquen ni la vean). Ofrece un entrenimiento ágil y vigoroso que apenas da respiro al espectador y nos presenta un juguetón mundo mágico de grandes posibilidades. Y lo más importante, aunque cuenta con numerosos guiños para los amantes de la marca, es perfectamente disfrutable por todos aquellos que quieran, simple y llanamente, pasar un buen rato en familia, tanto padres como hijos.