
El antiguo Laboratorio de los Ingleses
En 1713, el Rey Felipe V decidió instalar en la ciudad de Guadalajara la Real Fábrica de Paños. El lugar elegido fue el antiguo Palacio de los Marqueses de Montesclaros, ubicado junto a la iglesia de los Remedios.
POR EDUARDO DÍAZ
Una vez finalizada la Guerra de Sucesión en el año 1713, el Rey Felipe V decidió instalar en la ciudad de Guadalajara la Real Fábrica de Paños. El lugar elegido para la implantación de dicha empresa fue el antiguo Palacio de los Marqueses de Montesclaros, que se encontraba ubicado junto a la iglesia de los Remedios. Tal fue la importancia que supuso desde su inicio la implantación de la fábrica de paños en Guadalajara que el Concejo Municipal decidió poner el nombre de Plaza de la Fábrica a la pequeña placita que había frente al Palacio de Montesclaros. Este nombre se mantuvo hasta el año 1901, siendo sustituido por el nombre de Plaza del Conde de Romanones, en honor a don Álvaro de Figueroa y por tal motivo se levantó una estatua en su honor, sufragada por los maestros de España. En la actualidad dicha estatua se encuentra en la Plaza de Santo Domingo.
En el año 1727, el ingeniero militar Miguel Marín diseñó la construcción de un edificio a las afueras de la ciudad de Guadalajara, a orillas del Río Henares, como complemento a la fábrica de paños, que cada vez albergaba a más trabajadores del sector textil. Este edificio comenzó a construirse en el año 1788 en el complejo de los Batanes, por el arquitecto Diego García, teniendo las obras una duración de algo más de dos años. El nuevo edificio se diseñó para la realización de los tintes que se producían en la fábrica de paños. La mayoría de los trabajadores que se contrataron para la realización de los tintes en las telas eran de procedencia inglesa y es por ello que al edificio se le bautizó como el Laboratorio de los Ingleses.
La planta baja del edificio albergaba las calderas y los almacenes en donde se guardaban las telas. Curiosamente, esta planta tenía varios habitáculos unidos entre ellos, careciendo de pasillos. La parte lateral trasera de esta primera planta tenía un amplio caz que recogía aguas del Río Henares para llevarlas a las calderas en donde se realizaban los tintes de las telas.
La planta superior acogía numerosos espacios con amplios ventanales con el objetivo de aprovechar la luz solar, ya que en aquella época no se disponía de energía eléctrica. Por último, el desván era utilizado como tendedero de paños, una vez lavados tras haberles realizado el correspondiente tinte de colores.
Durante la Guerra de la Independencia, en el año 1808, las tropas francesas saquearon todas las instalaciones de la Real Fábrica de Paños, dejándolas totalmente inutilizadas. Pese a los intentos de abrirlas una vez terminada la guerra, estas fueron cerradas y puestas definitivamente a la venta en el año 1822.
El edificio principal de la fábrica de paños pasó a ser la sede de la Academia de Ingenieros. Su inauguración tuvo lugar el 13 de septiembre de 1883. Esta instalación militar dio mucha vida y actividad comercial a la ciudad de Guadalajara, pero todo se vino abajo en la trágica madrugada del 10 de febrero de 1924, cuando un voraz incendio redujo a cenizas la instalación castrense.
El edificio del Laboratorio de los Ingleses, que se encuentra junto a la carretera CM- 101 en dirección a la localidad de Fontanar, tuvo en su interior varias actividades comerciales, siendo la última una carpintería. Con el paso del tiempo el edificio se ha ido deteriorando e incluso en la actualidad el tejado se encuentra literalmente hundido.
En 2016 la Junta de Comunidades de Castilla la Mancha declaraba al antiguo Laboratorio de los Ingleses como edificio de Bien de Interés Patrimonial, una vez reconocido que se trataba de un edificio anexo a la Real Fábrica de Paños.
Por último, Nueva Alcarria publicaba en exclusiva que el edificio del Laboratorio de los Ingleses, pasaba a engrosar la Lista Roja de Hispania Nostra en septiembre del año 2023.