El bandeo del estornino
Interviene Ana Guarinos, tras la sorpresa de su elección como cabeza de lista al Ayuntamiento, en la presentación de los candidatos del PP. Se trata, de calle, de la mejor oradora de entre todos los políticos alcarreños
Se preparan los partidos para las elecciones municipales y autonómicas de mayo, también para las generales de diciembre. Es pronto: el voto no dependerá sólo de los candidatos ni de sus propuestas, de lo que hagan o digan hoy, a meses de que se abran las urnas. El comportamiento político tiene mucho de corriente, de movimiento grupal, como el de los cardúmenes que cambian en bloque de dirección, o los enjambres y bandadas de pájaros que, al estilo de los estorninos, forman nubes que se desplazan al unísono. No tiene nombre ese bandeo electoral que, más allá de la racionalidad en el voto y del comportamiento identitario, es casi imposible de controlar. Hay, sin embargo, otra parte que sí depende de la capacidad para atraer al elector.
Feijóo se cura en salud presentando su Plan de Calidad Institucional, del que destaca la matraca de que debe gobernar la lista más votada. Ya presentó Cospedal en 2015 idéntica propuesta en el programa electoral del PP. Por aquel entonces era habitual, a pesar de ser los más votados, perder el poder en algunos lugares por la suma de los partidos de izquierdas. Pero las situaciones cambian. De hecho, de haberse aplicado en 2019, el PP no hubiera conseguido el gobierno municipal en la capital ni en tantas otras ciudades. Tampoco en comunidades autónomas como Castilla y León, Murcia o Madrid, donde Ayuso perdió frente a Gabilondo. Si se aplicara hoy aquí, las posibilidades de echar a Page se difuminarían y en Guadalajara podrían despedirse ya de la alcaldía. Qué absurdo empeño el de pensar que modificar las reglas del juego les puede favorecer.
Interviene Ana Guarinos, tras la sorpresa de su elección como cabeza de lista al Ayuntamiento, en la presentación de los candidatos del PP (su “minuto de gloria”, como se dijo desde estas páginas). Se trata, de calle, de la mejor oradora de entre todos los políticos alcarreños. “Guadalajara, una ciudad maravillosa en pleno corazón de Castilla”: así, contundente, sin mancha alguna, tirando de olfato político, inicia su breve discurso, sesenta segundos que Feijóo escucha con la boca abierta. Ocho veces cita a España, tantas como necesita respirar un adulto por minuto como mínimo. Asiste después a la gala taurina y a la manifestación contra Sánchez a la que, con buen criterio, no acuden ni Feijóo ni Cuca Gamarra. No debe ser fácil sustraerse a la querencia, esa que le lleva -como a Page- a competir por el espacio más rancio. El resultado no se juega allí: estará en el centro una vez más. Quien consiga ocupar el hueco dejado por Ciudadanos, de quien el voto huye en bandada, se hará con las llaves del poder. Advertidos están.