El barrio de Cacharrerías de Guadalajara

POR EDUARDO DÍAZ

En la época árabe, el barrio de Cacharrerías tuvo muralla propia muy cercana al puente del Río Henares. En esa época de barrio amurallado, estaba muy poco poblado, existiendo talleres artesonados de alcalleros y artesanos, los cuales aprovechaban el terreno arcilloso de la zona.

El barrio de Cacharrerías estaba flanqueado por los barrancos del Alamín  y el Coquín. Tras la Reconquista del año 1942 se construyó la iglesia de San Julián en la zona que en la actualidad es el principio de la calle Madrid. Esta iglesia fue parroquia durante bastante tiempo y desapareció en el siglo XVI. Igualmente en Cacharrerías se encontraba el convento de las Monjas Jerónimas que en la desamortización de Mendizábal pasó a ser de propiedad estatal. El estado lo cedió a la Diputación Provincial para convertirlo en Hospital. Allí permaneció hasta su traslado, unos metros más adelante, en lo que fue el convento de la Merced. Del antiguo convento de las Jerónimas, derruido en el año 1936, se conserva en la actualidad la iglesia de Los Remedios que fue adquirida por la Universidad de Alcalá de Henares, siendo rehabilitada y utilizada en la actualidad como Paraninfo de la Universidad Complutense.

Igualmente en el barrio de Cacharrerías estuvo el Alcázar Real. Fue residencia de Reyes castellanos entre los siglos XIII y XV. Una vez abandonado en el siglo XVIII, fue convertido en fábrica de Paños. Durante la Guerra Civil, el Alcázar Real fue bombardeado, quedando en ruinas y en estado de abandono.

Tuvo gran importancia en este barrio de Guadalajara el Palacio de Montesclaros, siendo la sede de la Real Fábrica de Paños de España. Con el paso del tiempo, este palacio acogió en su interior a la Academia de Ingenieros Militares. Un  pavoroso incendio, en la noche del nueve de febrero de 1924, dejó el edificio castrense en cenizas.

En el año 1306 la infanta Isabel de Castilla ordenó construir el convento de la Merced, en pleno corazón del barrio de Cacharrerías. La desamortización de 1836 dejó en desuso este convento de la Merced, que fue adquirido por el arquitecto Diego García, siendo cedido a la Diputación Provincial para su uso como Hospital Provincial y residencia de personas con deficiencias psíquicas. La ciudad de Guadalajara, en agradecimiento al ingeniero Diego García, puso su nombre a la plaza  que hoy se llama del Jardinillo. Posteriormente al barrio llegó el edificio del Parque Móvil de Ministerios, guardando en su garaje los vehículos oficiales, siendo ocupadas las viviendas por sus trabajadores en compañía de sus familias. 

En la actualidad el barrio sigue conservando el nombre de las calles Alcallería, Cacharrerías, Alcalleros, Barranco del Coquín, la Merced, Hospital, que se complementan con la calle Madrid, Paseo de la Estación y Tirso de Molina. Tuvo este barrio numerosos talleres de vehículos como los de los Hermanos Plaza, la antigua Cerrajería de la familia Estalda y el de los mármoles Bienvenido. Sigue vigente en la actualidad el concesionario de vehículos de los herederos de Vicente Quiles.