El Gato con Botas 2: Er gatito y la muerte
Desde su irrupción en el universo de Shrek, el personaje de El Gato con Botas conquistó al público. Por eso no fue extraño que terminara teniendo su propia película. que tampoco es que fuera una maravilla.
Ahora vuelve en una segunda parte mucho más afortunada, en la que recupera a su compañera Kitty Zarpas Suaves y estrena nuevo mejor amigo: Perrito, todo un descubrimiento.
En esta segunda parte la historia comienza justo cuando el audaz gatito pierde la octava de sus nueve vidas -sí, en esta producción los gatos tienen nueve y no siete vidas-. Entonces aparece en su vida un siniestro y aterrador personaje, un lobo que está dispuesto a terminar con él. El Gato con Botas, aterrado por la posibilidad de morir, cambia radicalmente de personalidad y busca refugio hasta que se le presenta la oportunidad de encontrar una estrella caida y pedirle un deseo: recuperar todas sus vidas para volver a ser el que era.
Una vez más, nos encontramos con una película de animación en la que el entretenimiento infantil se da la mano con un mensaje más adulto, en este caso centrado en la madurez y el miedo a la muerte. Posiblemente los niños no reparen en él. Estarán más ocupados en gestionar los escalofríos que les genere ese temible lobo de ultratumba y en reirse con el entrañable Perrito.
Joel Crawford y Januel Mercado ofrecen un producto con más compromiso artístico del que cabría esperar de entrada, en el que se conjugan diferentes estiulos de animación y que no renuncia a ser un poco oscura, otra característica propia del buen cine infantil, del que se graba en la memoria. Divertida, con ritmo y sorprendentemente irónica, El Gato con Botas: El último deseo, es una de las apuestas seguras del cine familiar para estas navidades.