El paso del escritor Leopoldo Alas 'Clarín' por la ciudad de Guadalajara
Su padre fue gobernador civil y él estudió en el instituto Liceo Caracense. Conoce la historia.
El escritor Leopoldo Alas nació en la ciudad de Zamora el 25 de abril de1856. Su familia era de origen asturiano, pero su padre, Genaro Alas y Ureña, fue gobernador civil de Zamora en ese año 1856, momento en el que nació el famoso escritor.
Su obra cumbre fue La Regenta, considerada como una de las novelas más importantes de la Literatura Española del Realismo del siglo XIX. Fue publicada en dos tomos en los años 1884 y 1885, transcurriendo en la localidad de Vetusta, en donde Leopoldo Alas enmascara a la ciudad de Oviedo. Debido a una pastoral emitida por el obispo de Oviedo contra el argumento de La Regenta, sólo pudo publicarse en su estreno en Barcelona.
Cuando Leopoldo Alas “Clarín” tenía doce años de edad, su padre fue nombrado gobernador civil de Guadalajara y toda su familia se trasladó a la ciudad arriacense. El lugar donde realizó sus estudios fue en el Liceo Caracense, que con el paso del tiempo tomó definitivamente el nombre de Brianda de Mendoza.
Genaro Aleas Ureña permaneció poco más de un año en el cargo de gobernador civil de Guadalajara y una vez cesado, regresó a tierras asturianas. A Leopoldo Alas su paso por la ciudad de Guadalajara le dejó un recuerdo imborrable, plasmando sus experiencias infantiles en la novela Superchería. En ese pequeño relato, Leopoldo Alas se esconde en el personaje ficticio de Nicolás Serrano, al cual le define como un filósofo joven y enfermo del sistema nervioso y de la bilis. En el capítulo tercero de la novela, Nicolás regresa a España y tras pasar un verano muy caluroso en Madrid, decide acercarse a la ciudad de Guadalajara con la excusa de visitar a su primo Antoñito, que se encontraba preso momentáneamente en la Academia de Ingenieros.
Ya en la ciudad de Guadalajara decide hospedarse en una humilde fonda, muy cerca del domicilio en donde pasó su niñez cuando su padre estuvo como gobernador civil. Lo que en un principio iba a ser una visita de un solo día, se alarga a algo más de una semana al conocer a un niño italiano llamado Tomasicchio, hijo del famoso artista Vincenzo Foligno y su esposa Caterina Porena que hacían representaciones cómicas en los domicilios de las familias más influyentes de Guadalajara con la presencia de Leopoldo Alas.
Durante su estancia en Guadalajara, Leopoldo Alas recuerda los versos que había escrito en soledad en las orillas del río Henares y sobre todo sus matrículas de honor en las asignaturas de Álgebra, Griego y Aritmética en el centro estudiantil Caracense. Por último bendijo su viaje a tierras de la Alcarria y añoraba que su estancia en Guadalajara no hubiese sido más duradera.
Leopoldo Alas “Clarín”, falleció en la ciudad de Oviedo el 13 de junio de 1901 a los 49 años de edad, tras convivir sus últimos años de vida con una cruel enfermedad. La ciudad de Guadalajara le rindió un sentido homenaje en abril de 1996 con la colocación de un monolito que incluía en su interior una placa con su figura y los versos que dedicaba a Guadalajara en su obra de Superchería, en el comienzo de la plaza de Dávalos. El acto fue presidido por el alcalde de aquella época, José María Bris Gallego, acompañado de miembros de su corporación y de representantes de la Delegación de Cultura de Castilla- La Mancha. De manera sorpresiva, cuando la plaza de Dávalos fue rehabilitada de manera integral, el monolito desapareció del lugar y ya nunca se tuvieron noticias del recuerdo del escritor a su paso por Guadalajara. La ciudad de Guadalajara le puso igualmente una calle en su honor en la zona denominada como de los escritores a principios del siglo XXI.