El tiempo entre lecturas
El verano es tiempo de lecturas, de vivir otras vidas, de dar descanso a la realidad para sumergirnos en la ficción de un libro.
Leer multiplica la vida. Leer y su reverso, escribir, nos pueden llevar a lugares en los que nunca hemos estado ni estaremos, vivir situaciones que ni tan siquiera sospechamos que puedan darse, ponernos en la piel de personajes de otra edad, de otro sexo, de otro país, incluso de otro planeta. Uno puede buscar un tesoro en una isla o quedar abandonado en otra tras naufragar su barco, dar la vuelta al mundo en ochenta días o realizar un viaje por el Mediterráneo que dure años, vivir en una distopía futura o lejana o en un paraíso soñado, ser un joven mago o una anciana que recuerda su vida en África. “Yo, que tantos hombres he sido”, decía Borges, quien incluso ciego buscaba otras vidas entre las páginas de los libros. Vi hace poco un documental sobre Gabriel García Márquez, Gabo, en el que al final del mismo conversaba con una periodista. Ante la posibilidad de la muerte, el escritor le decía a la entrevistadora “la muerte es injusta”, a lo que ella respondía “¿y qué podemos hacer para evitarlo?”. “Escribir mucho”, concluía García Márquez, porque para él escribir era estar agarrado a la vida, era vivir otras vidas y hacérselas vivir a los demás más allá de la suya propia.
Coincido con María Dueñas en un curso de verano celebrado en Algeciras. El curso aborda el espionaje, la diplomacia y las relaciones internacionales durante la segunda guerra mundial en el Estrecho de Gibraltar. Se inicia en el hotel Reina Cristina, lugar donde ingleses, italianos y alemanes se espiaron mutuamente intentando arañar cualquier información que permitiera tomar ventaja en la guerra, y continua por interesantes escenarios como las distintas fortificaciones inglesas y españolas en torno al Peñón o la biblioteca Garrison de Gibraltar. María Dueñas escribió una novela, El tiempo entre costuras (2009), con éxito de público y crítica, luego convertida en serie de televisión, que le catapultó a la fama. Antes de retomar la historia de su protagonista en Sira (2021) escribió tres novelas más. Siempre rodeada de libros, sabedora de grandes historias que tenían que ser contadas, María se lanzó a escribir después de pasar toda su vida leyendo. Sus novelas conjugan el rigor en la investigación documental con la precisión en la construcción de sus personajes, mezclando ficción y realidad en aventuras de vida en las que todos nos vemos, o nos quisiéramos ver, reflejados.
El verano es tiempo de lecturas, de vivir otras vidas, de dar descanso a la realidad para sumergirnos en la ficción de un libro junto a una piscina, en la playa, en el pueblo o en la montaña. Qué mejor plan que conjugar la tregua de lo cotidiano que nos conceden las vacaciones con la buena literatura.