Esta noche ha llovido

Esta noche ha llovido, mañana hay barro. Así dice la copla que, a modo de refrán, sintetiza de forma costumbrista el saber matizado por la experiencia. De aquellos polvos, estos lodos; en sentencia más popular, si lo prefieren. En cuestiones de tolerancia llueve desde hace tiempo. Aquí y, me temo, en todas partes. En la política, pero no sólo en ella. El mundo se llena de intolerantes, y no a la lactosa precisamente.

En las últimas semanas se han suspendido varios conciertos de artistas que previamente habían sido contratados. Han llegado nuevos equipos municipales, nuevos partidos -o han cambiado los equilibrios-, y lo que se contrató hace unos meses no es del gusto de los recién llegados. El nuevo ayuntamiento de Madrid, presidido por José Luis Martínez-Almeida, ha rescindido el contrato del concierto de Pedro Pastor, quien iba a actuar en Aravaca el próximo 8 de septiembre. La cosa tiene su miga porque el Ayuntamiento tendrá que pagar la actuación, pero tirar el dinero público parece menos grave que evitar que cante uno que no es de los suyos. En Bilbao, el consistorio ha suspendido el concierto de C. Tangana, previsto para este sábado 24, ya que una mezcolanza de filoetarras y feministas ha considerado que alguna de sus letras es machista y el alcalde se ha achicado. El tal C. Tangana, más conocido por haber sido novio y compositor de Rosalía, es un rapero crítico y concienciado, pero a Bildu, residuo etarra que ahora quiere ir de izquierda flower power, le parece que sus letras tienen un componente violento que, claro, hay que combatir. Ya lo hicieron también este verano con Woody Allen, cuando lo condenaron públicamente (ay, la presunción de inocencia) ante el reconocimiento que a su carrera hizo el ayuntamiento de San Sebastián, donde iba a rodar una de sus películas.

En Guadalajara, afortunadamente, las cosas han ido por otro sitio: el antiguo equipo municipal fichó al grupo del hijo de Bárcenas, el famoso extesorero del PP que desde la cárcel sigue ocultando sus millones en el exterior, y sin embargo a nadie se le ha ocurrido eliminar del programa de fiestas a Taburete, que así se llama su grupo. Algo es algo. Ya sabemos que los ayuntamientos contrataban a Miguel Ríos o a Norma Duval según su color, y lo seguirán haciendo, pero al menos que no deshagan contratos.

En alguna ocasión, mi buen amigo Jesús Campoamor, pintor de poemas, escritor de paisajes, quien siempre tiene a mano una certera apreciación o un atinado comentario, me ha dicho “olvídate, tocayo, esto no tiene arreglo, este es un país de sectarios”. No le falta razón. Tanta lluvia intransigente traerá un futuro lleno de barro. Pobre del carretero que lleva el carro, sigue la copla.