Frío es más vida

Algunos molineses de pro se plantean muchas veces cómo sacar  partido al frío.  O al menos quitarnos el sambenito de una capitalidad que nos vacía doblemente tras apariciones televisivas  de típicos modorros (como se dice por aquí) que nos desmerecen y espantan a posibles visitantes con el ‘jodo petaca qué rasca!’ y ‘esto no es nada comparado con 1952’. 

La exposición a las bajas temperaturas nos puede traer resfriados, catarrazos y otras enfermedades respiratorias. Por eso tiramos de sudaderas, abrigos, tabardos, gorros y bufandas. Pero investigadores de la Universidad de Colonia (Alemania) han probado en modelos animales que el frío también puede proporcionar a los organismos beneficios como la longevidad.

La investigación viene a corroborar la teoría de astrólogos y videntes que desde la antigüedad predicen una mayor esperanza de vida a los nacidos en meses invernales. Los estudiosos lo incluyen como un factor más dentro de los relacionados con los primeros años de vida. Como los genéticos, suman un 25%, frente al 50% de los vinculados con la vida adulta. Además, debería tenerse en cuenta la situación social, económica o cultural de quienes hoy sobrepasan los 70.

Los científicos alemanes admiten que las temperaturas extremadamente bajas son perjudiciales, pero han descubierto que el frío sin exageraciones siberianas impulsa un proceso por el cual se eliminan de las células las proteínas dañadas, que originan enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer, el párkinson, la de Huntington y la ELA. “Un descenso moderado de la temperatura corporal puede tener efectos beneficiosos para el organismo”, subrayan en la revista Nature Aging.

La investigación podría venir al pelo a hosteleros, comerciantes, gente emprendedora o dispuesta como decía mi madre, y a políticos prometelotodo, recalentados en estos días preelectorales. El eslogan, con algo de imaginación, lo tienen a huevo. Por ejemplo: Molina, frío es más vida.