Gora Madrid

09/10/2020 - 17:24 Jesús de Andrés

 Pedro Sánchez, que será lo que se quiera pero no tiene un pelo de tonto, apunta al flanco más débil.

 El informativo sonaba como música de fondo. No estaba prestando atención cuando reparé en esa frase: “Lo hacemos para defender nuestro autogobierno”. Nuestro autogobierno. Tuve que rebobinar porque había algo que no cuadraba. Si la hubieran enunciado Quim Torra o Arnaldo Otegi entraría dentro de lo normal, en el España nos roba o la opresión del Estado, en el latiguillo obsesivo de quien atribuye todos los males a su antagonista, a su enemigo más hostil. Pero no era un independentista ni un filoetarra sino Enrique Ruiz Escudero, consejero de Justicia de la Comunidad de Madrid, anunciando la denuncia de la orden del Ministerio de Sanidad que imponía el confinamiento parcial de algunos municipios madrileños (socialistas casi todos). Se recreó. Invasión de competencias, orden nula, caos, ataque injusto y unas cuantas perlas más. Ayer mismo, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid denegó la ratificación de las medidas del ministro Illa para intentar frenar los contagios, por lo que los madrileños dejan de estar confinados y pueden salir y circular libremente este fin de semana cuanto les plazca. Pese a su “victoria”, tardaron minutos en pedir prudencia y evitar movimientos a la población.

Madrid tiene un problema enorme. El nombramiento de los candidatos del PP en la Comunidad y el Ayuntamiento por parte de Pablo Casado fue una apuesta personal que, tras conseguir gobernar, ha constatado un éxito y un fracaso. El éxito ha sido el de su alcalde, José Luis Martínez-Almeida; el fracaso, contundente, el de su presidenta, Isabel Díaz Ayuso. Los dos tuvieron que pactar con Ciudadanos, como se hizo en Andalucía, Murcia o Castilla y León, pero mientras Almeida ha venido ejerciendo un liderazgo conciliador y ha gobernado de manera prudente, reconocido dentro y fuera de su partido, Ayuso ha demostrado sus muchas carencias intentando contrarrestar su incapacidad en la gestión erigiéndose en paladín de la lucha ideológica contra el gobierno de Pedro Sánchez. Su trayectoria como tuitera y el equipo del que se ha rodeado, en el que sobresale su jefe de gabinete, el ex secretario de Estado Miguel Ángel Rodríguez, son parte de la explicación. Un consejero de Cs, el de Políticas Sociales, Alberto Reyero, dimitió esta semana. Pedro Sánchez, que será lo que se quiera pero no tiene un pelo de tonto, apunta al flanco más débil. No hace falta leer a Sun Tzu ni a Clausewitz para saber dónde hay que atacar.

Cuando explico a mis alumnos la disolución de la Unión Soviética, cuyos principales pasos fueron protagonizados por la república de Rusia, gobernada por Yeltsin, les digo que fue algo tan inesperado e inexplicable como si la Comunidad de Madrid intentara romper España echando al resto de comunidades por la borda. A la vista de la deriva de los actuales gobernantes madrileños, seré más prudente a partir de ahora.