Hermanos burros

12/09/2020 - 16:36 Antonio Yagüe

El burro comparte la dualidad única con el hombre de ser capaz de lo mejor y lo peor.

La Diputación de Córdoba, para que luego digan de estas instituciones provinciales, ha patrocinado una monumental investigación desde 2012 sobre la relación entre humanos y pollinos. Hermano asno, de compra también por internet, reúne en 560 páginas miles de fotografías, estudios y testimonios sobre tan entrañable animal, en peligro de una extinción paralela a agricultores y pastores.

  Todavía se ve algún ejemplar por los pueblos zaragozanos de Campillo y Jaraba acompañando a hatajos de ovejas. En el Señorío se cuentan con los dedos de una mano. En Labros, Fuentelsaz…  Catalina, en Hinojosa, recuerda a Platero. Un capricho de Dani(el) Torrubiano, que la cuida emulando a su abuelo Manuel como a un miembro más de la familia. La burra muestra su docilidad y ternura a cuantos niños se le acercan fascinados y tratan de acariciarla mientras le ofrecen alguna zanahoria, manzana o un simple corrusco.

El libraco hace un recorrido literario, artístico e histórico del animal. Desde Egipto deslomándose en la construcción de pirámides, en faenas agrícolas penosas, en el Ejército o con los esclavos en América donde viajó con Colón en 1493. Dedica varios capítulos a la incansable labor por su supervivencia en Rute y otras reservas. Tampoco falta el toque feminista al equipararlos con la mujer en la recepción de somantas machistas.

El burro comparte la dualidad única con el hombre de ser capaz de lo mejor y lo peor. Simboliza el trabajo, el esfuerzo y la abnegación. Es muy inteligente (nunca se despeña), tiene una excelente orientación (eran situados encabezando las caravas del desierto), y es considerado el primer ingeniero para trazar caminos porque siempre elige el más corto y con menor desnivel.

Frente a estas virtudes ha prevalecido lo negativo: la tozudez, estulticia y lujuria. En las viejas escuelas adornaban al zote con sus orejas. Clérigos y confesores lo introducían en sus condenas al fornicio (meter el burro en la cuadra). El juez cordobés Manuel Otero calificó en 2013 de “burros” a unos políticos y en la misma sentencia pidió perdón a los asnos. Como decía mi abuela con retranca: "No es  burro solo el que rebuzna".