Impasible el alemán

06/01/2023 - 17:03 Jesús de Andrés

Posiblemente el Cara al Sol esté grabado a fuego en la memoria más profunda de quienes aquí lo entonaron.

Hace falta haber escuchado y cantado mucho una canción para interpretarla a voz en grito sin olvidar la letra, sin que el recuerdo falle. Los neurólogos saben mejor que nadie que la música conecta con la memoria emocional. Los enfermos de Alzheimer, incluso en un estadio avanzado, pueden salir de su letargo al escuchar una canción que les devuelva a su niñez o juventud, desbloqueando su cerebro. A cuenta de una conocida melodía, Guadalajara  y  Cabanillas del Campo han sido tendencia estos días. Las redes sociales han hecho su trabajo y periódicos y programas de radio y televisión han recogido la noticia: un restaurante de nuestra ciudad tiene la costumbre, por lo que se ve, de amenizar a sus clientes con el Cara al Sol, himno de Falange Española, nuestro particular partido fascista. Y he ahí que entre los ardorosos coristas -¡viva el vino!- fue pillado brazo en alto un concejal del Partido Popular en Cabanillas, consiguiendo que una vez más, vuelta  la burra al trigo, seamos centro de atención por un hecho vergonzoso.

Contaban los hermanos Muñoz, integrantes de Estopa, que llevaban dos años tocando una canción que decía “qué zozobra, qué ironía…” cuando decidieron grabarla en un estudio. Estando allí, David, quien había compuesto la letra, notó algo raro. “¿Qué has dicho?”, preguntó a su hermano José. “Qué so zorra, ¿no?”, respondió este. “Qué zozobra, es qué zozobra”. “¿Y eso qué es?”, contestó. Con la canción que nos ocupa ha ocurrido siempre algo parecido. Lo relataba con gran sentido del humor Andrés Sopeña, autor de El florido pensil: cuando cantar el Cara al Sol era obligación en la escuela franquista -“otra copla a los del cuadro”, recordaban los Asfalto-, se repetía de forma autómata, sin reparar en lo que se estaba cantando. Y al llegar a esa estrofa que decía “impasible el ademán”, como en el Bureo, cantaban todos “impasible el alemán”, sin que importara lo más mínimo que de repente apareciera por allí un germano.

Posiblemente el Cara al Sol esté grabado a fuego en la memoria más profunda de quienes aquí lo entonaron, evidenciando con su canto su nostalgia por un franquismo idealizado, sus carencias democráticas y dónde están depositadas sus emociones. A pocos meses de las elecciones, el PP ha regalado la alcaldía en Cabanillas y se ha hecho un flaco favor en Guadalajara. Sin saber aún quién encabezará su candidatura (a pesar de que iba a ser anunciada antes de nochebuena), esperada, como su primavera, por cielo, mar y tierra, con cosas así va a ser difícil que vuelvan banderas victoriosas. Políticamente hablando, a más de uno le hallará la muerte, si le lleva, con cara de pasmo.