Juntos
David Uclés, lo contaba hace un par de semanas en mi Cercanías de los lunes, es un escritor joven, un escritor de raza que ha escrito un libro llamado a destacar entre la ficción urdida en torno a la guerra civil, a ocupar un lugar privilegiado entre tamaña bibliografía.
La península de las casas vacías es el título de su novela, que quizá conozcan, hayan leído o estén en ello, una historia de la guerra civil en clave de realismo mágico. No hay en su libro maniqueísmo alguno, su novela no va de buenos o malos, de visiones ideológicas, sino de reconstrucción literaria de un hecho histórico. Decenas de ediciones desde su publicación, traducida a diez idiomas, cuando alcanzó los doscientos mil ejemplares vendidos su editorial, Siruela, sacó una edición especial en tapa dura, coloreada la ilustración de Rafael Zabaleta, que es una maravilla. En los últimos días, pese a su bonhomía, a su humor indeclinable y a su sensibilidad, ha sido atacado por un diputado de Junts, un tal Francesc de Dalmases, que se quejó de que la televisión pública catalana, TV3, le entrevistara a él y no a otros autores catalanes. Jienense, pero enamorado de Cataluña, columnista de La Vanguardia, el escritor más vendido en San Jordi, reivindicador de Rodoreda, Maragall o Espriu, entre otros, se le negaba a Uclés la posibilidad de ocupar un tiempo en una televisión en la que, según el diputado provinciano, sólo pueden hablar catalanes, en catalán y en clave catalanista.
Rosalía, como saben, ha publicado un disco, un conjunto de canciones, mejor dicho, que han tenido repercusión mundial. Es un conjunto de temas ecléctico, lleno de referencias e influencias, en el que la cantante catalana se atreve con un buen puñado de lenguas, hasta trece en total, vivas y muertas. Del inglés al japonés, del portugués al ucraniano, del latín al siciliano, pasando, por supuesto, por el castellano y el catalán. Ha recurrido, además, a la Escolanía de Montserrat, que ha colaborado en unas cuantas canciones, incluida una, “Magnolias”, interpretada en español. También ha participado el Orfeón Catalán, otro símbolo de la cultura catalana. Ella no tiene prejuicios de ningún tipo, y hace bien. Pero tampoco han faltado los vigilantes de las esencias nacionalistas para criticarla, más a la Escolanía que a ella, por mezclar el castellano con una institución catalana.
Es curioso ver cómo los nacionalistas más provincianos y retrógrados, sobre todo esos de Junts, cobardes cuando deberían ser valientes y osados cuando de atacar al débil se trata, se retratan como lo que son. Uclés reclama una península fraternal, Rosalía la conexión universal a través de la música. No pueden evitar su odio.