La flor de Sánchez
El seleccionador de la Moncloa necesitará seguir con la flor para aupar a Illa, triste y un poco alelado, y en las negociaciones con el autoexiliado Puigdemont echado al monte y los sucesores del fracasado Aragonés.
Un presidente de la Federación de Fútbol, hace casi 40 años, hizo famosa la frase de que el seleccionador Miguel Muñoz “tenía una flor en el culo”, después de que la Selección eliminara en los penaltis a Dinamarca en semifinales de la Eurocopa. El académico Manuel Seco tradujo la metáfora por “que se tiene suerte”, o “que se ha nacido de pie”.
Un ilustre colega barcelonés me hizo este análisis rápido tras subir al marcador electoral el último escaño: “Pedro Sánchez aguanta su flor…, es el ganador”. Una flor que le viene acompañando desde 2018 hasta el último 23 J y que puede continuar en las próximas europeas y generales.
El técnico, también madrileño y chuleta, replicaba aquello de “al saber le llaman suerte”. La diosa Fortuna le abandonó en la final de París, pero la mayoritaria prensa adicta culpó a un ‘cante’ del excelente Arconada, aunque los otros diez mantas bajo su dirección fueron incapaces de marcar un solo gol.
El seleccionador de la Moncloa necesitará seguir con la flor para aupar a Illa, triste y un poco alelado, y en las negociaciones con el autoexiliado Puigdemont echado el monte y los sucesores del fracasado Aragonés, divididos y con 13 escaños menos, pero con el aguijón preparado. Los ‘esquerdas’ con estelada cuentan, como decía Woody Allen de los bisexuales, con el doble de posibilidades para ligar por declararse independentistas y de izquierdas.
Al inglés Bobby Moore, uno de los mejores futbolistas de la historia, se le atribuye “la visión en las sombras”, una innata capacidad que le permitía saber mentalmente, sin necesidad de mirar antes de lanzar un pase, la situación de cada compañero de la selección que capitaneaba y de los adversarios.
Puede que Sánchez tenga también esa facultad cuasi sobrenatural. Algún nuevo gobierno multiusos se sacará de la chistera.