La llegada del alumbrado público a las calles de Guadalajara

05/12/2021 - 11:42 Eduardo Díaz

Las obras de la instalación eléctrica finalizaron en febrero del año 1897 y su inauguración oficial fue el sábado 27 de febrero en un día histórico para la ciudad de Guadalajara.

En el siglo XIX la iluminación nocturna de las calles de Guadalajara se componía de unos pequeños faroles de hierro protegidos con cristal, que eran sostenidos por unas palomillas adosadas a las paredes de las viviendas. El producto que se utilizaba para el mantenimiento de estos faroles era en principio el aceite que con el paso del tiempo fue sustituido por el petróleo. Los encargados de encenderlos por la noche y apagarlos cuando salía el sol eran los Serenos municipales que a viva voz anunciaban igualmente al vecindario el encendido de la luz y curiosamente también el estado del tiempo.

En el año 1882 el sistema de iluminación de las calles cambió de forma radical y el petróleo fue sustituido por un moderno sistema de gas que se suministraba por una moderna fábrica instalada en la ciudad y en la cual se producía luz a partir de un combustible gaseoso como el hidrógeno, metano propano, butano y acetileno.Este moderno sistema de iluminación fue utilizado durante quince años y facilitaba la labor de encendido y apagado de los faroles por parte de los empleados municipales. 

En el año 1896 el Ayuntamiento de Guadalajara acordó la decisión histórica de conceder a la Empresa Eléctrica de Guadalajara permiso para la instalación de una empresa para la producción de energía eléctrica a través de máquinas de vapor. La sociedad eléctrica eligió un solar de la calle Museo  para levantar el edificio que acogiese los artefactos que producirían la tan ansiada luz eléctrica; en la actualidad en este mismo lugar sigue asentada una compañía de electricidad, aunque a la calle ya no se la denomina Museo, sino Doctor Benito Hernando. 

Las obras de la instalación eléctrica finalizaron en febrero del año 1897 y su inauguración oficial fue el sábado 27 de febrero en un día histórico para la ciudad de Guadalajara. Por la mañana se produjo la bendición de las instalaciones a cargo del arcipreste eclesiástico de Guadalajara, don Nicolás Vázquez que era igualmente el párroco de la iglesia de San Nicolás. Asistieron los directores de la empresa y en todo momento estuvieron acompañados por la totalidad de la Corporación Municipal, encabezada por su alcalde don Manuel María Valles y Carrillo. Curiosamente a las dos máquinas de vapor que producían el suministro eléctrico a las calles de Guadalajara se las bautizó con los nombres de “Manuela” y “ Rosario”, en honor a las esposas de los dos ingenieros encargados de la dirección de dichas máquinas.La jornada, en un día tan importante para Guadalajara, finalizó con un concierto al aire libre de la Banda Municipal de Música en la Plaza Mayor que ya contó con la iluminación eléctrica de las nuevas farolas.

La llegada del alumbrado público a Guadalajara trajo consigo la sustitución de los antiguos faroles por unas modernas farolas de estilo “ Fernandinas” en honor al antiguo Rey Fernando VII, que llevaban incluido el escudo de Guadalajara en hierro fundido. Estas farolas han permanecido en las calles de Guadalajara durante mucho tiempo siendo sustituidas por otras más modernas en un cambio no estuvo exento de cierta polémica entre la ciudadanía. Incluso en la actualidad existe un proyecto municipal ya aprobado para volver a instalar las farolas de estilo Fernandino y sustituirlas por las modernas que están instaladas en la actualidad a lo largo del casco histórico de la ciudad.