La maldita primavera

20/04/2018 - 14:27 Marta Velasco

Duele saber que la Universidad beneficia a los políticos, cuando los estudiantes, incluso los más brillantes, tienen que pagar, asistir, estudiar y defender el codiciado máster.

Ha llegado la primavera y el panorama empieza a alegrarse después del largo y frío invierno. Pero no sólo el tiempo ha sido tormentoso, la vida en general lo está siendo.Ahí tenemos el dolor de Siria, escenario de una cruel guerra. Convivimos con el dolor ajeno ya casi de una manera natural, a veces dando gracias de que estamos en un mundo civilizado donde lo que ocurre se puede controlar, pero, poco a poco, nuestra vida va cambiando y no siempre para ser más confortable y feliz.
    Durante el frío hemos atravesado los españoles algunas vicisitudes políticas: las aventuras o desventuras del Empecinado Puigdemont: de la banlieu belga a la frontera alemana. Este hombre siempre tiene plan B, o C, o D, para todas las situaciones supuestamente delictivas por las que va pasando. Si, en vez de catalán, fuera castellano y presidente del Gobierno español, se las ingeniaría para acabar con el prusés, dejando a los secesionistas con el lazo amarillo y tres palmos de narices. Aunque yo no le votaría ni para vocal de mi escalera, porque este ilegítimo proceso es lo más grave que ha ocurrido en España desde que se instauró la democracia.
    Hemos hablado hasta la extenuación del máster de Cifuentes. Los periodistas lo calificaron de trama, aunque yo creía al principio que sólo era lo que en lenguaje coloquial llaman “una cagada” ¿Qué ha llevado a esta exitosa mujer, presidenta de la Comunidad de Madrid y anteriormente delegada del Gobierno Regional a este estúpido postureo? Me la imagino asustada, ella que es valiente, cuando empezaron a tirar del hilito del título que no necesitaba, mientras los demás partidos daban volteretas de alegría oliéndose la tostada … Homo homini lupus, que dijo Hobbes plagiando a Plauto.
    Lo siento por ella, me resulta simpática, pero, después de las declaraciones de la Universidad, del sí y del no del Rector, y otros indicios sospechosos, creo que fue algo más que un pecado personal, porque luego ha salido uno del PSOE con insuficiente en matemáticas y otro de Podemos que no progresaba adecuadamente. Y duele saber que la Universidad beneficia a los políticos, cuando los estudiantes, incluso los más brillantes, tienen que pagar, asistir, estudiar y defender el codiciado máster.
    Y calentando el ambiente, se lleva la palma de los cotilleos la actuación estelar de la Reina Letizia, paseándose retadora y sonriente ante la Reina Sofía para impedir que se retratase con sus nietas. Mal estuvo Letizia y mal la heredera dando manotazos. La Reina Sofía no se mereció esta humillación ni como abuela ni como reina.  
    En estas rencillas primaverales de la realeza que tanto nos gustan al pueblo, el que ha salido más reforzado ha sido el Rey Felipe, por su saber estar y su prudencia. Sí, este mismo Rey de todos los españoles, cuyo nombre ha quitado de la placa de un parque madrileño la Alcaldesa Carmena torticeramente, por una miserable cantidad de votos sectaristas.  
    Me gusta mucho el Rey Felipe, hace muy bien su trabajo, mucho mejor que Carmena, dónde va a parar. Viva el Rey.