Las 'no fiestas'
¿Cómo explicar a un niño o mayor qué es una “no fiesta”? Extraño concepto que suena a palabrota.
La Virgen de Agosto y San Roque, abogado de “pestes y males” y santo mayor de Aragón y pueblos rayanos, eran antes de la pandemia la excusa para celebrar las fiestas patronales y pregonar que éramos felices al menos durante un par de días, festejando lo habido y por haber. Algo parecido ocurría después por San Bartolomé en Tartanedo, Villel y Aragoncillo. Eran días de encuentros y de abrazos, de retorno a las raíces, a la nostalgia, a las comidas opíparas e infinitas, a los bailes y verbenas en la plaza, y al gin-tonic o cubata con la orquesta de fondo.
Este año tampoco ha sido así. Unas fiestas tan entrañables han pasado a formar parte de las exposiciones de fotos antiguas. Ni misas solemnes, ni procesiones, ni pregones, ni limonadas y bullicio con charangas. Todo se ha convertido en memoria de lo vivido cuando la normalidad imperaba.
En su lugar han llegado también a nuestros pueblos las “no fiestas”, aunque sin los llamativos botellones y cargas policiales de afamadas urbes costeras. Pero, según cuentan, con juveniles encuentros furtivos nocturnos, a la luz de la luna en las antiguas eras y en un concurrido Rave (evento con música electrónica y aparatosa luminosidad) entre sabinas centenarias en un cuco pueblo. Los protagonistas se fueron incorporando desde un radio de 30 kilómetros, cada uno con su bebida, a distancia según y como, al correspondiente vaivén. En otros lugares hubo conciertos y recitales, todos sentados, sin barra, con mascarilla y abrazos condicionados.
¿Cómo explicar a un niño o mayor qué es una “no fiesta”? Extraño concepto que suena a palabrota, machaconamente mediático desde las tentadoras noches de San Juan con sus hogueras. Por la misma, podríamos llamar no inteligencia a la estupidez, no desayuno al ayuno, no sexo a la abstinencia o no verbena a la contemplación de las estrellas. ¿Cómo serán los no toros de Calatayud?
Volverán los bailes y las “sí fiestas” de verdad, aunque tendremos que esperar, sin dejarnos llevar por desánimos y desesperanzas, a que el maldito virus inicie su mutis por el foro.