Laura Domínguez
En Guadalajara tenemos, como bien dice, una felicidad sencilla, lejos de la sofisticación de otros lugares, en esa reivindicación tan leguinecheana de los pequeños placeres cotidianos al amparo de una correcta reflexión sobre la vida.
Si Laura no existiera, Guadalajara necesitaría a alguien como ella. La dificultad, verdadera misión imposible, sería encontrar una persona con su talento e imaginación. Supongo que no hace falta que se lo explique, pero por si acaso alguien no se enteró hago un resumen: el pasado sábado Guadalajara fue noticia en todos los periódicos y cadenas de televisión porque más de 500 voluntarios, disciplinados y bien organizados, instalaron en las Tetas de Viana un lazo rosa de más de 5.000 metros cuadrados con el que apoyar la lucha contra el cáncer de mama y conseguir ser registrado como récord Guinness. Se aunaban una loable iniciativa, que fue prioritaria en todo momento, como es el combate contra una maldita enfermedad que cada año se lleva miles de vidas por delante, la reivindicación de un lugar emblemático de nuestra provincia (imposible imaginar un escenario más apropiado) y su traslado mediático, que fue viral en redes sociales y medios de comunicación. Un éxito que se suma a una larga lista de proyectos desarrollados por Laura Domínguez en los últimos años.
Hay un vídeo suyo en YouTube, que lleva por título “Todo está a un palmo de tus narices”, en el que -si no lo han visto, no sé a qué esperan- cuenta sus reflexiones, aderezadas con el sentido del humor marca de la casa que le caracteriza, tras cumplir 50 años. “Cada minuto importa, hay que pensar lo que se hace a cada paso”, dice Laura, quien reconoce que no hace lo que le gusta, hace lo que le apasiona. En Guadalajara tenemos, como bien dice, una felicidad sencilla, lejos de la sofisticación de otros lugares, en esa reivindicación tan leguinecheana de los pequeños placeres cotidianos al amparo de una correcta reflexión sobre la vida. En los últimos años ha desarrollado ideas como la de aquel vídeo catártico, “Guadalajara no sólo está en Jalisco”, cuya ranchera, interpretada por Chema Abascal, fue viral entre nosotros. O el proyecto “Botarga Jacket, moda global” con el que consiguió convencernos de que la chaqueta del botarga de Valverde de los Arroyos era la última tendencia en Times Square. O sus sucesivas propuestas en torno al Viaje a la Alcarria de Cela, con motivo del centenario de su autor, de la mano de la Diputación Provincial, de la Universidad de Alcalá o de la UNED. O qué decir de sus proyectos con sus queridas Burbutrices.
Convertir en experiencia artística una performance local, con amigos y gentes de la tierra, no está al alcance de cualquiera. Hace falta talento, pero sobre todo hacen falta bonhomía y liderazgo paladino para conseguir tal hazaña. Creativa, desprejuiciada, independiente como ella sola, menos mal que existe, porque si no a ver quién la inventaba.