Los antiguos soportales de Guadalajara

14/03/2021 - 11:11 Eduardo Díaz

Toda la Plaza Mayor se encontraba llena de soportales y en la actualidad se conservan dos de ellos aunque totalmente reformados en su totalidad. 

Antiguamente en la ciudad de Guadalajara abundaban los típicos soportales que eran una de las características de las urbes castellanas. La estructura de estos soportales era muy variada y predominaban los que se apoyaban en piedra labrada. Existían igualmente los que tenían columnas circulares, pero los que más predominaban en Guadalajara eran los del tipo Alcarreño con grandes zapatones y vigas de madera.

Debajo de muchos soportales existían numerosos comercios de la ciudad y exponían sus productos de carnicería, pescadería y  frutería al no poseer escaparates como sucede en la actualidad. 

 Uno de los lugares donde más soportales existían era en los alrededores del Palacio del Infantado y unían este emblemático monumento de Guadalajara con la Plaza Mayor y la Plaza de la Fábrica, a la cual se la denomina en la actualidad como Plaza de España.

 

Toda la Plaza Mayor se encontraba llena de soportales y en la actualidad se conservan dos de ellos aunque totalmente reformados en su totalidad. Junto a estos antiguos soportales del corazón de la ciudad, se encontraban comercios antiguos de Guadalajara como: las pescaderías de Maragato y Ramos, la zapatería de Marelvi, la cacharrería de Manuel Rodríguez, la cerería de Juan Gallo, los tejidos Madrigal, la fotografía de Mariano Viejo, la droguería de García, la sastrería de Octavio Olalla y una expendeduría de tabacos. Hoy estos comercios han desaparecido y en los renovados soportales de la Plaza Mayor existen una entidad bancaria y una agencia de seguros.

Eran muy famosos igualmente los soportales de la calle de Cristo de Rivas por los que se accedía a la Plaza de San Gil en cuyo atrio se celebraban los Consejos Concejiles bajo los soportales para resguardarse de las inclemencias meteorológicas tanto en invierno como en verano.

Monumentales eran los soportales de la antigua iglesia de San Miguel y de la capilla de Luis de Lucena. En la actualidad se conservan los soportales de esta famosa capilla ya que la iglesia fue derruida en tiempos pretéritos. Muy cerca de este lugar se encuentran los soportales de la parroquia de Santa María la Mayor, los cuales antiguamente estaban protegidos por unas verjas de hierro que desaparecieron tras la reforma de la Concatedral.

En tiempos pasados, la vida cotidiana de las gentes arriacenses se desenvolvían bajo los soportales y allí se reunían para realizar tratos, quedar con personas conocidas y para realizar paseos de sociedad.