Los despoblados de Torreira

06/07/2025 - 11:48 José Antonio Alonso/Etnólogo

  La producción de Mariano de la Concepción Torreira parece no tener límites. En esta ocasión acaba de colgar sus acrílicos sobre “despoblados de Guadalajara” en Cubillejo de la Sierra, en plena Celtiberia.

Ya se encuentra abierta al público la exposición” DESPOBLADOS DE GUADALAJARA”, del artista Mariano de la Concepción Torreira, en la sala “El Granero”, de Cubillejo de la Sierra, en plena Celtiberia, en los páramos de ese terreno semivaciado de población, que no de iniciativas y de sentires. Con la llegada de los estíos, el territorio recobra un cierto pulso vital, animado por el retorno de sus hijos y allegados, que regresan, aunque sea por una temporada, a la tierra que les vio nacer, crecer y, en muchos casos, hacer las maletas para buscarse la vida lejos de la madre tierra.

La iniciativa de la exposición ha sido, supongo, de la dinámica “Asociación Sierra de Caldereros”, pero nuestro amigo Mariano lleva pintando “despoblados” y los pocos personajes que aún los habitan, desde hace muchos años; de manera que no ha sido difícil para él elegir una selección de su vasta obra para emprender viaje a la sierra molinesa del norte y dejar allí su obra, hasta el 15 de agosto, para que los serranos y visitantes la disfruten, porque la selección merece la pena.

Paisaje de Querencia. Pintura de Mariano de la Concepción Torreira.

Los paisanos de Torreira

Ya  he dicho, en estas mismas páginas, que, desde que tuve mis primeros encuentros con la obra de Torreira, me identifiqué con sus personajes, con esa forma tan especial de dar forma a nuestros paisanos, con esa estética sencilla de marcados rasgos y expresiones afables. Las gentes de sus pinturas son los pastores que poblaron nuestros campos, los músicos que formaban parte de las orquestinas populares que animaron los bailes de nuestros padres, los mozos que cantaban en nuestras rondas, las mujeres que hacían ganchillo en las puertas de sus casas y  en las solanas de nuestros pueblos. Difícil para un amante de la cultura tradicional, como yo, no identificarse con ellos. Los tipos que pinta Torreira son también mi gente, nuestra gente, los pastores de nuestras sierras: mis padres y nuestras abuelas.

Hombre en un despoblado. Pintura de Mariano de la Concepción Torreira.

Quién me iba a decir a mí que, con  el tiempo, cuarenta años, más o menos, después de mi encuentro con su obra, iba a tener el privilegio de sentarme con Mariano y compartir café y amistad con  este artista que tan bien ha sabido dar forma y color a nuestros paisajes humanizados y a las personas que todavía los habitan.

Despoblación y movimientos culturales

Dicen, desde la ASOCIACIÓN PARA EL DESARROLLO DE LA SERRANÍA CELTIBÉRICA (https://www.celtiberica.es/), que, en ese extenso territorio histórico, que abarca más de 65.000 km². de tierras interiores y 1.311 municipios, la densidad media de población se sitúa en poco más del 7%, aunque hay zonas en que esos porcentajes se encuentran en torno al 1%. En ese gran territorio se  incluye la mayor parte de la actual provincia de Guadalajara, que ha sufrido en carne propia el drama de la emigración.

La despoblación de la segunda mitad del siglo pasado ha sido un tema recurrente que a muchos nos ha tenido, y nos sigue teniendo, preocupados y ocupados. Literatos, antropólogos, sociólogos, folkloristas, cantautores y artistas, en general, hemos dedicado parte de nuestra vida a intentar mitigar las consecuencias devastadoras de esa crisis que ha ido sembrando la desolación y el silencio a su paso. En regiones como Aragón, muchos cantautores como Labordeta, Carbonell o el Grupo “La Bullonera” recogieron en su discografía esa tragedia. Hay canciones como “La vieja” de José Aº. Labordeta que expresan, con una ternura inigualable, la soledad y el abandono de nuestras gentes: Siempre te recuerdo vieja/ sentada junto al portal/ repasando antiguas mudas/ que ya nadie se pondrá.

Los últimos músicos de Tobes. Pintura de Mariano de la Concepción Torreira.

Del maestro Labordeta intentamos aprender algunos, que nos identificábamos con esas sensaciones y vivencias. Así es que, en 1988, alumbramos “Tierra de Silencio”, que venía a tratar de lo mismo, pero en tierras de Guadalajara. http://joseantonioalonso.es/musica/discografia/

Paralelamente a ese movimiento musical también se desarrolló un movimiento social con las “asociaciones de amigos” de los pueblos. Entre todos intentamos reflejar los sentimientos que nos producía el abandono de “los desiertos de la cultura” en expresión de Santiago Araúz de Robles, molinés también de nacimiento y compañero de estas páginas de Nueva Alcarria. Esos sentimientos iban acompañados de una gran preocupación por el desarraigo que se producía en nuestras gentes y la consiguiente pérdida de patrimonio que llevaba aparejado; todo ello desembocó en un gran esfuerzo  por parte de personas, asociaciones e instituciones volcadas en la “recuperación” del patrimonio cultural. En 2016 Sergio del Molino publicó su “España vacía”, un libro de reflexión y análisis sobre el tema que tratamos. Desde hace algunos años, se han formado plataformas políticas para que esos movimientos sociales y culturales consigan pasar de la nostalgia y la teoría a la toma de medidas políticas prácticas, que son las que realmente pueden ayudar a paliar esta situación que, ahora sí, se ve como un verdadero problema que afecta a la mayor parte del territorio nacional. De hecho, en algunas zonas se están tomando medidas legislativas de protección, fiscales, etc. para cambiar la situación. La despoblación es fruto de circunstancias complejas de carácter histórico, geográfico, económico, etc., pero también se debe a una falta de planificación política que desembocó en la crisis de mediados de siglo pasado, en plena dictadura. La cuestión es si las actuales medidas no llegan demasiado tarde, aunque ya dice el refrán que “más vale tarde que nunca”. El tiempo nos irá diciendo si ese adagio se cumplirá o no, en este caso.

Hombre con ovejas en Matas. Pintura de Mariano de la Concepción Torreira.

Las aportaciones de Mariano

Mientras tanto ahí tenemos las imágenes de Torreira, artista que, con su tarea cotidiana y   persistente, no deja de ofrecernos su visión estética de la situación: esas arquitecturas populares destruidas, que muestran aún su esqueleto de vigas al socaire; esos pueblos de muros y tejados medio caídos; los ventanos a merced del viento, que sirven ahora como marcos de los límpidos cielos; esos árboles desnudos que surgen desde los patios y las calles, donde hace tiempo que no se escuchan, de diario, voces infantiles…

El arte puede ser, lo es en el caso de Mariano, al menos en una parte importante de su obra, una herramienta al servicio del humanismo, que contagia y mueve a la reflexión del espectador; su arte es claro y sincero en sus ideas y categórico en sus trazos, expresivo, pero sin aspavientos, tal como es nuestro artista seguntino: Mariano de la Concepción Torreira,  en estado puro ¡Tal cual!