Million Dollar Baby: El golpe más brutal

09/09/2020 - 18:14 David Webb / El Cinéfago

Hoy los chicos de Webbtertainment y nuestro Cinéfago revisitan una película de las que marcan... demasiado quizás: Million Dollar Baby. Hagan de tripas corazón y súmense a esta sesión de terapia colectiva. 

Nos vendamos los puños, nos ajustamos los guantes y caminamos lentamente hacia el ring.

Nos espera el combate de nuestra vida, uno en el que aunque no lo parezca, el boxeo es lo menos importante.

Acompáñanos a conocer el sueño de Maggie, uno que solo ella ve y por el que nunca se detendrá hasta conseguirlo.

Hoy hablamos de MILLION DOLLAR BABY, la obra maestra de Clint Eastwood, en la que actúa y dirige como nunca, para meternos de lleno en una historia de superación, coraje y tragedia, pero sobretodo de redención y de un amor incondicional que hace que a los miembros del equipo de Webbtertainment se nos meta algo en el ojo… ¡no estamos llorando vale! ¿alguien lleva un pañuelo?

 

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EL CINÉFAGO: Directo a la mandíbula

No sé si en su momento hice una crítica de esta película. Creo que sí, pero no viene a cuento recuperarla. Es mucho más interesante volver a ella años después. 

Hay películas que se revisitan como quien vuelve a ver a un viejo amigo. Otras son pedacitos de vida, experiencias… traumas. Te calan, te hacen llorar, sabes que serán eternas e imprescindibles, pero no quieres coger la máquina del tiempo para revivirlas.

Cuando vi que Million Dollar Baby era una de las pélculas que había tocado Webbtertainment sentí un escalofrío. Estuve un tiempo esquivando el programa y, sin embargo, ya desde las primeras palabras supe que necesitabas oírlo, como quien hace terapia de grupo.

El viejo Clint, amagando una caricia durante dos tercios de película solo para que bajes la guardia y poder mandarte a la lona.

¿Cómo pudimos confiarnos si ya veníamos de otro trauma? Mystic River nos enseñó que algunas víctimas son víctimas durante toda su vida… y que los padres son padres.

¿Qué le pasa a Clint con la paternidad? ¿Por qué le vuelve tan certero y cruel? Ya sea en un Mundo perfecto, Mystic River, Million Dollar Baby o incluso en Sin Perdón. ¿Acaso se pueden escuchar los primeros acordes de la guitarra de Million Dólar Baby y no pensar en aquel viejo vaquero, que decidió volver a la violencia solo para darle un futuro a sus hijos? Un hilo invisible parece unirlas. Invisible, porque sólo un loco pensaría que están relacionadas, pero ahí los tienes a los dos, al pálido, viejo y duro vaquero de oscuro pasado y a su Sancho Panza, un Morgan Freeman sabio, despreocupado y sin más oscuridad que la de su piel.

Ahí están los dos, acudiendo al rescate de una dama en apuros mientras un joven alocado y superado por el mundo revolotea a su alrededor. Van, y la sombra de la muerte camina con ellos, con la figura de William Munny confundiéndose con la de Frankie Dunn. Los dos harán justicia… Y ninguno se sentirá orgulloso.

La diferencia es que aquí Maggie no es una víctima de nada. Es una guerrera. Hilary Swank nunca será La Novia de América, pero sí la luchadora de mi barrio, la que tiene el coraje de reivindicar su libertad incluso en la peor de las cárceles, la que sabe que tiene derecho a elegir cómo y dónde plantarle cara al destino. ¿Cómo negárselo? Es lo justo, aunque puede que no lo fácil ni lo correcto. Otros, a lo mejor tienen más claras esas cosas. Frankie Dunn sólo sabe lo que su amor le obliga a hacer y afronta el precio que deberá pagar por ello. El viejo boxeador y la muerte. Al menos esta vez Sancho Panza se salva y salva también a Peligro. A veces la vida te deja KO cuando estás a punto de conseguirlo todo y otras el éxito radica simplemente en seguir luchando, en volver un día más al gimnasio. 

He sido incapaz de volver a ver Million Dolar Baby. La miro de reojo, pero sin atreverme a fijar la mirada en ella, con miedo a que se dé cuenta. Sólo un visionado y ya es una de las películas de mi vida, una de las malditas, de las imprescindibles.