Nublada Navidad
Hay consenso entre las organizaciones de consumidores serias de que estas serán las Navidades más caras desde que hay registros. Lo notaremos, avisan, al preparar la mesa antes de sentarnos con la familia o amigos.
Siete de los alimentos más demandados en estas fechas (jamón ibérico, ostras, cordero lechal, redondo de ternera, pavo, granada y piña) han alcanzado récord de precios. Otros diecisiete han subido en un año por encima del 5% y en una década un 57%. Casi como los salarios y pensiones.
La Navidad pinta nublada para el campo, con una peste porcina sumada a la gripe aviar que ha removido los pilares de la industria alimentaria y convertido a España en punto caliente del Continente.
El virus del cerdo, reaparecido no se sabe cómo después de 30 años, está frenando exportaciones por más de 1.000 millones de euros. El de los gallineros se ha llevado por delante a más de 2,5 millones de animales, entre sacrificados y muertos, con Guadalajara en el pelotón de cabeza.
Aunque la situación está dando señales de controlarse, el virus avícola ha provocado grandes pérdidas a los productores y disparado el precio de los huevos. La cabaña ovina ya sufrió lo suyo este verano con el virus letal de lengua azul.
Nubarrones tampoco faltan en el sector juguetero venido abajo con la natalidad. La vivienda sigue siendo un milagro, la deuda estratosférica y los sueldos miserables. Campan los cerdos bípedos políticos, se degradan las instituciones y asistimos al derrumbe generalizado del sentido común. Resulta que ahora el jefe es Puigdemont para aprobar presupuestos y leyes. Lo que queda de legislatura depende de él.
Los funcionarios, en guiño electoral, lo tendrán mejor. El Gobierno les prepara una importante subida salarial y una extra de entre 700 y 1.200 euros. Una ‘bufanda’ como los viejos tiempos.