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Los pueblos de Guadalajara de mayor a menor belleza, según National Geographic
El director de Viajes National Geographic, Javier Zori del Amo, habla de una provincia en la que el Cid Campeador ha dejado sus huellas, con unos campos de lavanda que parece como si estuviéramos en la Provenza, pueblos de pizarra, otros que pisó Cela en su Viaje a la Alcarria, un pueblo medieval de construcciones rojizas, por la piedra del lugar; de un pueblo con un impresionante castillo con un perímetro cercano al kilómetro; de otro en el que su arcipreste lo ha hecho universalmente famoso; y de uno más con "hechuras de ciudad"
Estos son, ordenados de más a menos, los más bonitos, según su criterio:
ATIENZA
Javier describe que "hasta el mismísimo Cid Campeador pasó por estas tierras de la Serranía de Guadalajara". El castillo de Atienza, "verdadero icono de la provincia", debía impresionar lo suyo en la época, "porque en el Cantar aparece descrito como “peña fuerte”. Hoy, el castillo parece mantenerse en equilibrio sobre el filo de un promontorio rocoso". En la Edad Media, Atienza llegó a contar con catorce iglesias. "Parte de ese esplendor se puede comprobar paseando por sus entramadas y empinadas callejuelas y descubriendo sus antiguas casas señoriales blasonadas. La plaza del Trigo es el epicentro de toda visita para poder ver diferentes casas señoriales blasonadas de gran interés".
BRIHUEGA
"Por sus campos de lavanda, cualquiera situaría este pueblo en la Toscana o la Provenza; sin embargo, está a menos de cien kilómetros de Madrid", describe el director de viajes de National Geographic. "Sus huertas y jardines le han valido el sobrenombre del Jardín de la Alcarria e hicieron que Alfonso VI de Castilla quisiera vivir aquí", prosigue. Lo cierto es que cuando florece la lavanda, su color morado crea un bello contraste con la piedra gris con la que están construidos sus edificios. Cada mes de julio, cuando comienza la cosecha de esta flor, arranca el Festival de la Lavanda. "Entonces, el pueblo se anima para posteriormente caer en un amable letargo, ideal para conocer sus monumentos más representativos, como la Real Fábrica de Paños -ahora transformada en hotel de lujo- o sus iglesias del románico tardío" ilustra acertadamente.
VALVERDE DE LOS ARROYOS
"Este pueblo aparece en el centro de su extenso término municipal como si fuera una isla", dibuja. Hecho de piedra y pizarra en su totalidad, es uno de los pueblos Negros de Guadalajara más destacados. "Si con el destello de un rayo de sol le parece al viajero ver un destello, que no lo achaque a algo divino, sino a algo mucho más terrenal, la cuarcita que se usa en el remate de la cubierta", se deleita. Estos son detalles que se descubrirán en el Museo Etnológico. El entorno es como para lanzarse a caminar. "Sobre todo, para llegarse hasta la Catarata de la Chorrera que cae sobre escalones de piedra que descienden más de 120 metros (de las más altas de España)", asegura.
PASTRANA
Pueblos como éste fueron los que empujaron a Camilo José Cela a hacer su famoso viaje por la Alcarria, "quizás su “libro más sencillo, más inmediato y directo”, como dijo. En su época, para llegar se tenía que ir hasta “el empalme de Tendilla y allí esperar al otro coche” que llegaba desde Madrid, a eso de las siete o siete y media de la tarde. Hoy es mucho más fácil llegar hasta este bello municipio declarado Conjunto Histórico Artístico, “una instantánea del tiempo pasado”, como lo definió el Nobel español. Arte, literatura, historia... destacan monumentos importantes como el imponente Palacio Ducal o la iglesia de La Colegiata y, en general, su Barrio del Albaicín, según relata Javier Zori del Amo en su reportaje.
PALAZUELOS
Así describe Palazuelos: "Rojiza por la piedra arenisca del lugar con la que se construyeron las casonas y recostada sobre la suave ladera de un valle, la antigua villa de Palazuelos parece surgir directamente de la Edad Media". Gran parte de la impresión está producida por las murallas que la abrazan prácticamente en todo su perímetro. Esta es una de las pocas villas de España que han conservado totalmente sus murallas, en las que se apoyan las ruinas del castillo que parece empeñado aún hoy en día en vigilar las calles y el horizonte del pueblo." La iglesia parroquial de San Juan, con portada románica, se suma a este Conjunto Histórico Artístico que se conoce como la Ávila alcarreña por su valor patrimonial", indica.
MOLINA DE ARAGÓN
"Se mire desde donde se mire, esta sorprendente localidad tiene a su castillo como protagonista", valora. No en vano, su aceptable estado de conservación y su prodigioso tamaño (su perímetro supera los 800 metros) hace que su estampa trepando por la montaña protagonice cualquier postal. "Sin embargo, pese a que esta antigua fortaleza merece una visita un tanto heroica por lo físicamente exigente que es hollar su torre del homenaje, Molina de Aragón es una caja de sorpresas fuera de estos muros", prosigue.
Indagando realiza un mapa que pronto nos lleva a imaginar cómo es: "Callejearla es sortear el río Gallo, atravesarlo por el emblemático y rupestre Puente Viejo e ir dando con rincones y monumentos imprescindibles como la Iglesia de Santa Clara, el conjunto de la plaza de San Francisco y su monasterio homónimo o la catedralicia, por dimensiones, Iglesia de Santa María la Mayor de San Gil". Todo ello "con ese regusto que tiene el haber albergado tres culturas, siendo la sefardí la menos evidente pero más fascinante. Sobre todo, si el viajero se detiene en el yacimiento del Prao de los Judíos o en su antigua judería".
HITA
Pese a que la reconstrucción, tras los daños sufridos durante la Guerra Civil, de la Puerta de Santa María deja en evidencia "los añadidos modernos, su presencia es imponente. Incluso premonitoria, ya que por este monumental acceso de la muralla se sigue entrando en una localidad de urbanismo nervioso y ratonero, como si sus callejuelas se hubieran resistido al progreso", señala.
Sin embargo, Hita no se conforma solo con mantener este trazado del Medievo. "También conserva edificios y estructuras de antaño que lo convierten en un fascinante Conjunto Histórico-Artístico repleto de sorpresas, con el Palenque medieval (que hoy en día aún acoge duelos) como icono de este idilio entre épocas o la Casa Museo del Arcipreste de Hita, un centro de interpretación que pone de relieve la figura del autor del Libro del buen amor", detalla.
SIGÚENZA
"Hay localidades que, pese a no asombrar por su población (Sigüenza apenas supera los 4.000 habitantes) tienen hechuras de ciudad", define. En parte esa sensación se transmite por "el vacío demográfico de esta provincia que hace que aquí se concentren grandes servicios, pero también por el impresionante potencial monumental que atesora este lugar", valora. De hecho, "se podría recorrer al completo uniendo sus imponentes monumentos, un conjunto que sueña ser Patrimonio de la Humanidad en un proyecto que arranca en 2024".
Esta fecha no es casual, ya que supone "el noveno centenario de la fundación de una micro urbe cuyo pasado sigue a flor de piel", valora. "Lugares como su imponente castillo, una fortaleza que se podría ver -casi- desde el espacio por sus dimensiones, su catedral, una ecléctica caja fuerte que guarda como joya la capilla del Doncel o su Plaza Mayor, escenario de conciertos, vermús y trillones de fotos por su belleza, su simetría y sus hipnóticos soportales", concluye.