Parador encallado

14/09/2024 - 14:07 Antonio Yagüe

Parece gafado y con tan mala sombra (podría disputarle el nombre al castillo de Establés), que la tempestad se ciñó especialmente sobre su rompedora estructura con vistas a la Edad Media. 

Maldita DANA con tormentas y lluvias de granizo sobre Molina de Aragón a finales de agosto. El Parador Nacional, una “herramienta para regar de prosperidad a una España menos poblada”, como solemnizó hace unos días la exministra y directora del organismo que lo regenta, Raquel Sánchez, tendrá que esperar. 

Parece gafado y con tan mala sombra (podría disputarle el nombre al castillo de Establés), que la tempestad se ciñó especialmente sobre su rompedora estructura con vistas a la Edad Media y algunos sótanos de la ciudad. Y con mala suerte, porque el alud de reservas que precedió a la frustrada inauguración del 5 de septiembre sugería ampliarlo. 

Las ñapas encadenadas y el descontrol de la obra han hecho saltar chispas tras el fiasco a técnicos y mandamases de Tragsa, Turespaña y Paradores Nacionales, todos servidores públicos con excelentes sueldos. Se habló de responsabilidades de constructores y arquitectos e incluso de posibles acciones judiciales.

El desastre habría sido peor si ocurre ya con huéspedes al colgarle una mala fama difícil de borrar. Algunos operarios dicen que el estropicio ha sido tal que habría que retomar la obra de nuevo y hacer casi una reconstrucción, después de 17 años de siniestra singladura. 

Según fuentes oficiosas, el conocido con rechifla como ‘Parador de las Goteras’ podría reabrirse en diciembre. Por ejemplo, aprovechando el ‘acueducto’ de la Constitución y la Inmaculada. O la gélida Navidad. Oficialmente aseguran que para antes, de momento, no se admiten reservas.

  Como dice el refranero, lo que mal empieza… “A lo mejor ha sido un acierto el retraso al hacer coincidir la puesta de largo en pleno período de frío, un atractivo añadido a la ciudad” opina un rillano socarrón. 

Podría rebautizarse y añadir a modo de slogan, junto a las vistas al Medioevo, Parador del Frío. Le vendría como anillo al dedo. Cualquier cosa.