Paseo por la cueva de 20 km con galerías como el Metro de Madrid
Nos adentramos en las entraña.de la Cueva del Tornero, en Checa, que datan de finales del siglo XIX. Se conoce desde hace tres siglos, pero nadie decidió explorarla hasta hace apenas 50 años. En 1967, los grupos SIE de Barcelona y GEM de Madrid recorrieron más de 11 kilómetros de cuevas. En 1978, el Grupo Lobetum de Cuenca tomó el testigo, durante dos años. Sus planos, más detallados, presentaban mayor calidad técnica y en ellos se indicaban aspectos más concretos y útiles para la explotación, pero el trabajo quedó incompleto.
Lo primero que encuentra el visitante al llegar a la Cueva del Tornero son dos kilómetros de grandes galerías, con un enrejado central “fácil de recorrer”, aunque confuso, por lo que se le conoce como El Laberinto. A partir de ahí, el recorrido se divide en dos ramales.
El Norte es el más corto, de unos 6 kilómetros, pero el más exigente a nivel técnico, con rampas de subida y bajada y saltos de cuerda. Además, hay zonas en las que el agua forma pequeños lagos. De hecho, dependiendo de la época del año, alguna de estas galerías pueden llegar a anegarse completamente de agua, lo que se conoce como sifonar.
El segundo ramal es el Este, del que por ahora se han recorrido unos 10 kilómetros de galerías. Además, aquí se encuentra otro de esos lagos subterráneos, aunque en este caso, al ser de entre 25 y 30 metros, es necesario atravesarlo en un bote neumático. Y eso, si no es época de lluvias, porque entonces también sifona y resulta necesario recurrir a medios subacuáticos para atravesarlo. De hecho, se calcula que estos sifones temporales mantienen bloqueado buena parte del sistema durante aproximadamente la mitad del año.
Por si no ha quedado ya claro, el agua juega un papel fundamental dentro de esta cueva. De hecho, el mayor interés que ofrece este enclave es el hidrogeológico. A seis kilómetros de la cueva, una parte del río de la Hoz Seca se sumerge bajo tierra, corriendo paralelo al superficial a través de las propias galerías. Este río subterráneo emerge nuevamente a la altura de la conocida como Cueva del Agua, donde se vuelve a unir al de Hoz Seca. Así, siempre que el río superficial va fuerte de agua, es porque en el subterráneo ya se han colmatado los sifones de las cuevas, permitiendo que el agua emerja hasta la superficie. Por eso, está previsto el desarrollo de estudios que servirán para conocer aún mejor el curso y las características de este río subterráneo.
Galería con dimensiones similares a los túneles de metro
Con los trabajos ya realizados sobre la mesa, Ortiz considera que es “indudable” que se trata de “una cueva que tiene un potencial muy importante”, con salas que alcanzan los 50 metros de diámetro y los 20 de altura.