Pontypool: El virus en la palabra

19/04/2021 - 10:30 J. Rediseña / J.P.

Nuevo programa de Majestic Podcast, que en esta ocasión nos trae una auténtica joyita del género de terror muy muy desconocida, Pontypool. Una historia de zombies poco usual sobre la que también hemos recabado la opinión de nuestro Cinéfago.

En este 1x03 del Majestic viajamos a un pequeña localidad de Ontario llamada PONTYPOOL, un lugar donde algo está punto de ocurrir algo, algo grande.

PONTYPOOL es una película muy pequeña que no llegó a nuestro país pero que cuenta con una legión de seguidores en UK y USA ya que aborda el género zombie de una manera tremendamente original. 

Para charlar sobre esta pequeña joya del género tengo la suerte de contar con Carlota Garrido del podcast LA ILUSIONISTA y habitual colaboradora en Webbtertainment.

Poneos cómodos, que la proyección está a punto de comenzar, de comenzar…de comen…zar, de comenzar, comenzar, comenzar…

 

PINCHA EN LA IMAGEN PARA ESCUCHAR EL PROGRAMA

.

 

EL CINÉFAGO: EL VIRUS EN LA PALABRA

¿Y si el demonio está en la palabra? Qué pensamiento tan apropiado para los tiempos que corren, ¿verdad? Ahora que vernos cara a cara sigue siendo complicado, los mensajes de whatssap, las noticias, los comentarios en redes sociales, todo aquello que se dice sin mirar a los ojos del interlocutor, parece más veneno. Veneno que pudre el alma e inflama el odio. Veneno, incluso, que no se avergüenza de usar palabras hermosas para provocar bilis. Desde que nos hablamos sin vernos, casi podríamos decir que somos peores personas.

Ver Pontypool hoy en día seguro que no se parece en nada a verla en aquel 2008 en el que se estrenó. Entonces las fake news y el abuso de redes sociales no era tan pernicioso como ahora… o puede que sí y a lo mejor el que no tenía que mirarlas tanto era yo. Vista hoy en día, Pontypool parece casi una profecía, confusa, metafórica, como todas las buenas profecías, pero una advertencia al fin y al cabo.

ony Burgess escribe la novela y el guión que usó Bruce McDonald para llevar esta historia a la pantalla grande, una mezcla de película de zombies, La Guerra de los Mundos y La Cosa. El punto de partida no puede ser más sugerente: una pequeña emisora local de una pequeña ciudad de Canada, con tormenta alrededor. Y en ella, Grant Mazzy, magnífico Stephen McHattie, estrella de la radio venida a menos que junto a su productora y una técnico empezarán a recibir noticias preocupantes desde el exterior, testimonios de ataques violentos protagonizados por personas sin control alguno.

Pontypool tiene dos partes claramente diferenciadas. La primera, centrada únicamente en la tensión creciente, es la que mejor funciona. McDonald recrea con pocos recursos la incredulidad, sorpresa y temor que va creciendo entre los tres trabajadores de la emisora conforme la situación parece ir descontrolándose más y más en el exterior. Se impone el modelo Guerra de los mundo y funciona. La segunda parte, cuando toca explicar al virus sonoro que está convirtiendo a los tranquilos habitantes de la población en zombies, es la que hace aguas.

Burguess y McDonald pisan el acelerador introduciendo la figura de un doctor capaz de explicar todo lo que ocurre, acabando con el misterio, y poco a poco van recurriendo cada vez más al humor, perdiendo la oportunidad que representa esa ´desconfianza en el otro´ que tan bien le funcionó a Carpenter en La Cosa. Una lástima. Aún así, la potencia de su concepto central, un virus que se transmite por las palabras, es tan sugerente que mantiene la segunda parte de la película por sí sola.

Pontypool es una película aún más interesante por el hecho de ser fallida. Su fracaso comercial ayuda a reivindicarla como la rareza que es, repleta de elementos interesantes aunque no terminen de cuajar. Es valiente y eso siempre suma puntos. Su atmósfera está lograda y, aunque resultaría complicado calificarla como película de terror, sí genera tensión. Y sobre todo, es metafórica y provocadora en lo intelectual. Pensar en el fondo de su mensaje, quizás nos ayude a calmar las aguas en los turbulentos tiempos que nos está tocando vivir.