Retrato con vistas
Las autoridades locales, diputacionales o regionales, con nuestro dinero mejor invertido, han colocado un marco en la horma de la plaza de San Francisco. Vecinos y visitantes a Molina de Aragón pueden fotografiarse a sus pies con los Castillos de fondo a modo de postal fashion.
La panorámica podría ser mejor, como casi todo en esta vida. Algunos proponen el puente románico, preferido por autoridades, peñistas y fiesteros. Otros defienden las mejores vistas el Cerro de Santa Lucía, desde donde la Virgen lleva siglos escuchando plegarias en general y ruegos de novios posibles e imposibles. Allí se bendice la hoguera que ilumina y calienta nuestra singular Nochebuena cada 7 de diciembre.
La ubicación elegida tampoco está mal. A un tiro de piedra de los visitantes del Museo Comarcal, de quienes se acerquen a la residencia de mayores Santa Ana y suban o bajen al Super Vivó (antes Manuel Martínez). También es aparente para los que acuden a comer o a echar unos tragos en los bares de la plaza, y para la clientela de la panadería Gascón. Con un poco de humor pueden fotografiarse enmarcados con un pan bajo del brazo.
El recuadro tampoco pillará a trasmano a los ilustres huéspedes del Parador, puede que un pelín antes de las elecciones municipales y regionales. Quedaría un poco holgado para el presidente García-Page, pero bien cumplido para Sánchez o el mismo Felipe VI (con o sin Letizia) si decide visitar el Señorío, como hasta ahora han hecho todos los Borbones que han reinado en España.
Ahora que se dedica casi todo, con fotos de gerifaltes sonrientes en la inauguración, quedaría perfecto y merecido hacerlo al Peco, Eugenio Ruíz García, maestro y patrón molinés de la fotografía. Con una simple sábana de fondo nos inmortalizó con retratos que abren las puertas de la memoria a miles de personas de varias generaciones de 120 pueblos de Molina, Teruel y Zaragoza. Sería total.