Reyes y Magos

06/01/2023 - 17:09 Marta Velasco

El discurso de nochebuena tuvo el tono de El Discurso del Rey en la película de Tom Hooper, pero sin titubeos.  Triste y emocionado cuando hablaba de la unidad de nuestro país, preocupado refiriéndose a los conflictos con la justicia, firme ante el deterioro institucional.

 El día 24 celebramos la nochebuena en casa de mis hijos.  Cuando llegamos ya estaba el rey allí, aunque todavía no había empezado su discurso. Sorprendida ante la presencia real, sentado en su sillón, sobre una gran pantalla que colgaba de la librería, me senté frente a él, alucinada por este milagro de la tecnología y, antes de que comenzase, le saludé con una pequeña inclinación de cabeza, e incluso le ofrecí, con un gesto, el plato de jamón que reposaba en la mesa del aperitivo. Lo crean o no, me pareció que sonreía rehusando la invitación y enseguida saludó a los españoles y comenzó su discurso anual, que escuchamos con interés y en silencio.

  El discurso de nochebuena tuvo el tono de El Discurso del Rey en la película de Tom Hooper, pero sin titubeos.  Triste y emocionado cuando hablaba de la unidad de nuestro país, preocupado refiriéndose a los conflictos con la justicia, firme ante el deterioro institucional, un riesgo para la democracia. Mientras Don Felipe se dirigía al pueblo en su papel de moderador de las instituciones y jefe del Estado, yo calculaba lo que, despojado de su condición de rey de todos los españoles sentiría, del sacrificio que le costaba tratar con unos políticos que a diario tratan de pasar de él. Imaginé que Sánchez estaría escuchando al rey o quizás no, porque últimamente se salta el protocolo con Su Majestad. El discurso del Rey fue duro, claro, correcto y con la contención a la que nos tiene acostumbrados. 

El día 31 visité el Palacio Real, para devolverle a Don Felipe la visita. El rey no estaba, pero disfruté viendo el palacio, es una joya, lleno de maravillosas pinturas, suntuosos salones, lámparas deslumbrantes... Este Palacio de Oriente madrileño, deshabitado, enorme, cuidadísimo y lleno de turistas, muestra el cambio total que ha dado la monarquía en España.  Modernos, austeros y cumplidores de las leyes. El palacio es un orgullo para todos los españoles. 

Los Reyes Magos llegarán con sus pajes, con oro, incienso y mirra para el Dios de Occidente, ojalá traigan lo que les hemos pedido: paz, salud, justicia, amor y buenos amigos. 

Hoy quiero recordar a Francisco García Marquina con uno de sus versos: … Como si el porvenir estuviera ya escrito/ en la letra pequeña de los pájaros/del cielo de tu infancia. Del libro Morirse es como un pueblo.