Rezos por el agua

29/04/2023 - 15:04 Antonio Yagüe

España tiene sobrada historia, experiencia, especialistas y comentócratas para montar un Ministerio de la Sequía, permanente, con sede por ejemplo en cualquier lugar de la Mancha.

Un puntilloso meteorólogo me cortó tajante al preguntarle en 1978 por la sequía, seguramente más devastadora que la actual: “En España no es que haya sequía; es que llueve así”. Como cuando la pertinaz franquista de 1944 a 1946. Los embalses cayeron al 14%, nuestros ríos más caudalosos, como el Ebro, perdieron todo el caudal y otros, como el Manzanares, prácticamente desaparecieron.

España tiene sobrada historia, experiencia, especialistas y comentócratas para montar un Ministerio de la Sequía, permanente, con sede por ejemplo en cualquier lugar de la Mancha (Page puede animarse a solicitarlo a Sánchez) o de la llamada España seca. Toda, a excepción de la cornisa Cantábrica, Galicia y los Pirineos, nos enseñaban en la escuela.

A veces no bastan los planes gubernamentales con repromesas, peticiones de ahorro, restricciones y broncas partidistas en el permanente periodo electoral. Siempre queda el recurso a las rogativas, instituidas por San Mamerto de Viena en el 474, pidiendo lluvia.

Con sembrados donde se ven correr los ratones, agricultores y vecinos de Cimballa, Calmarza, Campillo, Cubel, Milmarcos y Jaraba acudieron hace dos semanas en plegaria al santuario de la famosa Virgen excavado en la roca del barranco de la Hoz Seca. Antiguamente peregrinaban una veintena de pueblos. 

Los rezos por un milagro en forma de lluvia se repiten por toda España. El día 14 ante la Virgen de la Salud de Barbatona y el 15 ante San Isidro, patrón de mi pueblo y todos los labradores. De paso, se bendecirán los moribundos trigos. Ojalá no sean necesarias nuevas plegarias en junio a la Virgen de los Dolores de Hinojosa o la de Montesino, donde siguen acudiendo siete pueblos.

La fe mueve (puede mover) montañas, como dejó escrito San Mateo. Y Lluvias mil, como antes se decía en abril. Una oración no está de más.