'Riña de gatos. Madrid 1936'

26/03/2021 - 14:35 Jesús de Andrés

Comunismo o libertad. Democracia o fascismo. Usted elija.

Eduardo Mendoza, el genial escritor barcelonés, ganó el Premio Planeta en 2010 con una novela así titulada. El doble título es posible que responda a la duda del autor de poner la carga de la narración en la comedia o en la tragedia. Su trama está situada en un Madrid radicalizado, revuelto, con una tensión en ascenso que preludia lo peor. Pese a ello, se impone su estilo burlón, que quita carga dramática al ambiente. Algo así cabe hacer con este Madrid en el que algunos se empeñan en retrotraernos a 1936, como si el tiempo se hubiera quedado estancado en aquella primavera de hace ochenta y cinco años: no enfocarlo desde el tremendismo que pretenden vendernos en su afán de radicalizar, de apretar las filas, de cosificar al rival, sino desde otra perspectiva que, analizando lo que dicen en detalle, mueve más a la risa que otra cosa.

Comunismo o libertad. Democracia o fascismo. Usted elija. Como si nos encontráramos en el período de entreguerras y el liberalismo democrático estuviera realmente amenazado. Lemas simples, argumentarios de saldo, simbolismo a tutiplén y deshumanización del rival como ente abstracto que sintetiza el mal. Ayuso e Iglesias han encontrado la horma de su zapato, han creado el ambiente perfecto para que su incapacidad gestora pase desapercibida. Una y otro se necesitan porque discursos simplistas como los suyos requieren de un rival que personalice los males que denuncian. Ellos, para sí mismos, representan la libertad y la democracia, como si no las tuviéramos ya por mucho que puedan ser de mayor calidad, pero el rival es lo peor, es el comunismo o el fascismo que, al parecer, nos tienen rodeados sin habernos enterado. Ninguno de sus partidos ganó en las anteriores elecciones. Ayuso necesitó la coalición de tres partidos para gobernar tras quedar segunda a siete escaños del partido vencedor; Podemos quedó en quinta posición, superando por los pelos el umbral del 5%. Eso sí, si gana Pablo Iglesias, posibilidad sólo en los ojos de Ayuso, hordas de okupas invadirán las viviendas de los honrados madrileños; y si gana Ayuso, un tropel de fondos buitres desahuciará a los más necesitados. Vamos, que sea cual sea el resultado la mitad de los madrileños dormirá en la calle después de las elecciones.

Discutirán sobre si Irene Montero ha llegado al gobierno gracias a su marido o si Ana Botella llegó a donde llegó gracias al suyo. Se prevé una campaña centrada en la matanza de Paracuellos del Jarama y en los fusilamientos de las Trece Rosas en las tapias del cementerio, en las chekas y los campos de concentración franquistas, justo lo que Madrid necesita ahora mismo. Y todos a jalear sus simplezas. Qué cruz. Espero que sobrevivamos.