Un acto conmemorativo: 'En el Robledal de Corpes'

12/06/2022 - 10:17 Pedro Villaverde

El hallazgo de una fotografía antigua me da pie para escribir unas líneas sobre el conocido episodio cidiano de la Afrenta de Corpes, que según la tradición oral de Robledo de Corpes, tuvo lugar en mi localidad serrana natal.

La fotografía antigua, que acompaña estas líneas, tiene como escenario la “Fuente Vieja”, donde la tradición sitúa el mencionado episodio. Dicha fuente aparece en primer término, tal y como era antiguamente y como yo creo recordar de mi años de juventud: cuatro lajas de pizarra que delimitaban la pequeña pila de agua, antes de que se construyera la actual fuente y se adecentara el espacio que acoge el hito cidiano de la “Afrenta”. En segundo término aparecen una serie de personas conocidas del pueblo (Ignacio, Mariano, Julián, etc.) y algunas autoridades. El sacerdote que aparece en la imagen es D. Félix Pérez Cuevas, párroco del pueblo. Una de las personas con corbata, a la derecha de la imagen, podría ser una autoridad, pues parece que porta un bastón de mando.

Acto conmemorativo en el Robledal de Corpes. 

De la lectura de la dedicatoria, que figura en el reverso de la foto, se desprenden algunos datos: la imagen se corresponde con un acto conmemorativo en el que cooperó el mencionado sacerdote que es a quien se le remite la foto como recuerdo. La dedicatoria está firmada por P. Gamo, que no es otro que el escritor Pedro Gamo Ortega, natural de Congostrina, poeta y estudioso de temas históricos, especialmente de asuntos relacionados con el Cid y que, probablemente, es el que figura con traje claro en el centro de la imagen. Sabemos que la foto es de un día 15, pero no se cita mes, ni año. Puesto que conocemos el año del fallecimiento de Pedro Gamo (1958), la fotografía debe ser de mediados del siglo pasado, aproximadamente.

Recientemente (2020), la editorial “Ediciones del Recuerdo” ha publicado una antología de poemas de Pedro Gamo titulada “Hacia la cúspide”, edición dirigida por el Dr. Jacinto Gamo, hijo del mencionado poeta y profesor de Zoología de la Universidad de Alcalá, según señalaba en este mismo medio D. Luis Monje Ciruelo (N. A. 5/9/2020). En dicha antología, el poeta dedica, precisamente al tema que nos ocupa, uno de sus poemas romanceados, el nº VII, titulado “En el Robledal de Corpes” y cuyos primeros versos reproducimos:

 

En estas mismas praderas/,

a la sombra de estos árboles,

unos sujetos traidores/ 

–traidores aunque magnates–

cometieron la vileza/ 

más atroz y repugnante

que el romancero y la Historia/ 

registran en sus anales”.

Dedicatoria en el reverso de la foto. Firmada por Pedro Gamo. 

Sabido es que, tanto nuestro Robledo como la localidad soriana de Castillejo de Robledo se adjudican el ser el lugar, donde tuvo lugar la Afrenta. No entraré yo a intentar inclinar la balanza hacia uno u otro lado, pues a pesar de mi interés por el tema no soy especialista en temas cidianos -doctores tiene la Iglesia-. Simplemente comentaré algunas cuestiones aprovechando el hallazgo de la fotografía.

Según parece, el episodio que comentamos, tiene mucho de legendario. El propio Cantar de Mío Cid, no deja de ser una obra literaria, aunque basada en sucesos y en muchos personajes históricos. Recientemente, he dejado escrito en mi Robledo, de memoria (Aache, 2021,184-186) la versión legendaria que mi abuelo Dionisio me contaba, muy similar a la que corría de boca en boca por el pueblo:

Las hijas del Cid permanecieron una noche en el pueblo misterioso de Robledo de Corpes, después de ser azotadas y atadas con los corceles de los caballos...Vinieron por el Camino Real de la Dehesa de la Lanzada, fueron por la Venta del Pardo, (de la que aún existen ruinas).

Su primo Félix Muñoz, que ya estaba preocupado por su tardanza, se escondió en el Barranco del Yerro. 

Dijo Félix Muñoz: -No me parece bien que tarden tanto.

Le responde Pedro Ibáñez, uno de los que iban con él: -No te preocupes, porque van con sus maridos.

Vieron pasar a los de Carrión solos y entonces se fueron a buscar a las primas. Volvieron a la Dehesa de la Lanzada y Félix Muñoz gritaba:

-¡Primas, primas! ¿Dónde estarán mis primas? ¡Ay mis primas! Allí estaban las primas mareadas.

Fue Félix Muñoz corriendo a una fuente cristalina, la Fuente Vieja, según unos, la antigua Fuente del Bustar, según otros- y les trajo agua en el casco.

Durmieron una noche en una casa de Robledo, no se sabe cual, pero era la más vieja de todas. Desde Robledo, siguieron camino a Atienza, donde pasaron otra noche en la Posada del Cordón. Se fueron luego por la Sierra de Miedes y por el Burgo de Osma a San Esteban de Gormaz”.

El parque actual, donde antes estuvo la Fuente Vieja. Foto: José Antonio Alonso. 

Las leyendas son construcciones que el pueblo hace de la historia, según sus deseos. Al margen de que aquello ocurriera o no, lo que parece claro es la necesidad de construirse un pasado y de vincularse con el mito castellano del Cid Campeador. En nuestra provincia abundan los parajes y localidades donde se cuentan sucesos que tienen que ver con el héroe castellano, con su caballo Babieca o con personajes, objetos y sucesos cercanos al mito.