Un motín que conmocionó a Guadalajara: el de la Prisión Central en el año 1978

13/01/2019 - 12:53 Eduardo Díaz

Ocho heridos, entre ellos funcionarios de prisiones, tuvieron que ser trasladados a la Residencia Sanitaria.

La antigua cárcel de Guadalajara se encuentra en la actualidad en un estado de  suciedad y abandono total tras cerrarse su actividad penitenciaria en el año 2012. Este histórico y singular edificio se inauguró en el año 1887 y fue cedido por la Diputación Provincial de Guadalajara al Estado Central para acoger en su interior a los presos tanto de Guadalajara y su provincia como del resto de España.
El edificio, de estilo neomúdejar, pertenece en la actualidad a Instituciones Penitenciarias y, recientemente, el Ayuntamiento de Guadalajara ha solicitado su cesión para rehabilitarlo y dedicarlo a actividades culturales para la ciudadanía arriacense, ya que se encuentra en una zona muy céntrica de la ciudad.


En el rincón de esta semana vamos a recordar el incendio que sufrió la cárcel de Guadalajara y que fue provocado por un motín de los reclusos en la tarde del 24 de mayo de 1978. Los acontecimientos comenzaron a fraguarse con la llegada de un recluso del Penal de la localidad santanderina de Santoña, que pertenecía a la asociación COPEL (Coordinadora de Presos en Lucha). Él, junto a cuatro reclusos más, solicitaron al director del centro penitenciario, José Riera Tur, una serie de mejoras sobre todo en la alimentación y en el inmobiliario de la prisión. El director escuchó sus exigencias pero no pudo prometerles nada. Cuatro días después de la reunión, en concreto el martes 24 de mayo, sobre las seis y media de la tarde, se produjo una rebelión de la mayoría de los internados comenzando a quemar colchones, cartones, mantas y otros objetos inflamables. Ante la llegada inminente de dos vehículos de los bomberos de Guadalajara los presos comenzaron a incendiar la enfermería, la capilla del centro, las habitaciones y por último accedieron a la azotea del edificio para lanzar todo tipo de objetos hacia los bomberos.


Justo en el momento que comenzó el incendio, el gobernador de aquella época, Fernando Domínguez García- Paredes, se encontraba en una reunión con los alumnos del instituto Brianda de Mendoza para darse a conocer y escuchar las inquietudes de los estudiantes. En el transcurso de la reunión fue informado por su jefe de prensa, Luis Monje Ciruelo, del incidente que se estaba produciendo en la cárcel de Guadalajara. Inmediatamente se desplazó al lugar de los hechos y ordenó la intervención  de la Policía Antidisturbios e igualmente dio órdenes para que todos los periodistas que se encontraban junto a la cárcel abandonasen el lugar.
   A última hora de la tarde, la situación quedó totalmente controlada, produciéndose ocho heridos, entre ellos un funcionario de Prisiones, que fueron trasladados a la Residencia Sanitaria, situada a pocos metros del lugar de los hechos. Los daños causados fueron valorados en unos cien millones de pesetas, lo equivalente a seiscientos mil euros a día de hoy, tardándose varios meses en restaurar la normalidad en la cárcel. Durante ese tiempo los reclusos fueron enviados a la Prisión de la vecina localidad de Alcalá de Henares.


Esta noticia fue recogida por los informativos de la Televisión  Española que era la única que existía en aquellos tiempos. Igualmente tanto la prensa local como la nacional dieron amplia información de este suceso que tuvo en vilo a los vecinos del centro penitenciario.