Un restaurante muy querido en Guadalajara y en España: La Venta de Almadrones
La venta de Almadrones abrió sus puertas en el año 1890 por parte de Celestina y a lo largo de su historia ha tenido varios regentes.
Por Eduardo Díaz
En el rincón de esta semana vamos a recordar un restaurante ubicado en la provincia de Guadalajara que es un referente a nivel nacional para los profesionales del motor. Nos estamos refiriendo a la venta de Almadrones, situada en el kilómetro 103 de la autovía de Aragón.
La venta de Almadrones abrió sus puertas en el año 1890 por parte de Celestina, la cual tenía un pequeño local con ocho mesas, siendo utilizadas principalmente por obreros que se dedicaban a la reparación de caminos y carreteras. Con el paso del tiempo el local fue regentado por Cayetana Castillo, la cual amplió el comedor con la ayuda de su marido Mariano Díaz e igualmente abrieron una posada en la planta superior del restaurante. Su hija Nieves Díaz Castillo era la encargada de servir las mesas y allí conoció al camionero de Trillo, Antonio Rebollo Bachiller, contrayendo nupcias años después y haciéndose cargo del negocio hostelero.
El restaurante fue ampliado y era el lugar de encuentro de numerosos camioneros tanto para reponer fuerzas como para descansar. Antonio Rebollo consiguió igualmente la distribución y venta de neumáticos de la marca Michelin, por lo que abrió un taller junto al restaurante para auxiliar a los conductores. El restaurante y hostal del 103 era la casa de los camioneros, ya que en dicho lugar se les trataba como si fueran de la familia puesto que el titular del negocio había llevado durante muchos años un camión y sabía las penurias de estos ángeles de la carretera.
Ante la nueva construcción de la autovía de Aragón, la familia Rebollo Díaz realizó una fuerte apuesta y construyó un nuevo hotel con restaurante frente al antiguo local de hostelería, siendo inaugurado en mayo del año 1989. Sobre este nuevo restaurante del 103 existe una curiosa anécdota que se produjo una noche del año 1990. La tarde de esa víspera de Nochevieja, el equipo de fútbol del Club Atlético Osasuna había vencido por cero goles a cuatro al Real Madrid en el estadio Santiago Bernabeu, con tres goles del jugador polaco Jan Urban. El equipo pamplonica en el viaje de regreso a tierras navarras paró a cenar y a celebrar la victoria en el restaurante del 103. Sabedores de ello una peña de aficionados osasunistas de Sigüenza se acercaron al lugar y en los postres cantaron la siguiente canción: “ Uno de enero, dos de febrero, tres de Urban, cuatro al Madrid, cinco de mayo, seis de junio, siete de Julio San Fermín, a Sigüenza hemos de ir...”
Los momentos más difíciles y dramáticos para la venta de Almadrones en sus dos hoteles y restaurantes fue cuando llegó la terrible pandemia del Covid-19 en marzo del año 2020. Por Orden Gubernativa se vieron obligados a cerrar sus instalaciones, pero de manera humanitaria la familia Rebollo Díaz no quiso abandonar a sus camioneros, todas las tardes sacaban al aparcamiento exterior bolsas de avituallamiento para los profesionales del motor que contenían en su interior bocadillos, latas de conservas, botellas de agua, refrescos y la bollería casera que se elabora diariamente en las cocinas de los hoteles.
En la actualidad la Venta de Almadrones ha vuelto a la normalidad ofreciendo todos sus servicios a camioneros y a sus clientes, con una plantilla de profesionales de hostelería de más de ochenta personas, siendo un referente del mundo hostelero tanto en España como en el extranjero.