Un supermercado que dejó huella en Guadalajara: 'Las tres G.G.G'
Ante la gran demanda de sus productos en el mercado de abastos, Gerardo Gutiérrez emprendió un nuevo comercio en plena calle Mayor de Guadalajara. El amplio supermercado se encontraba en el número 35 de una de las vías principales de la ciudad.
En la Guadalajara de antaño, cuando no existían las grandes superficies comerciales ni las grandes cadenas de alimentación, existían numerosas tiendas de ultramarinos a lo largo de la calle Mayor y en calles adyacentes en donde el contacto con el cliente era de manera directa.
Uno de los empresarios de Guadalajara dedicado a la venta y suministro de productos alimentarios era Gerardo Gutiérrez García que abrió diversos comercios en los que se suministraban legumbres, conservas, productos de charcutería y todo tipo de helados de la marca Avidesa. El primer establecimiento alimenticio con el nombre de las Tres G.G.G. fue en el interior del mercado municipal de abastos en la plaza de la Virgen de la Antigua. Allí compartió puesto con empresarios del sector alimentario como La charcutería de León Blas, las fruterías de la familia Seguín, la carnicería de David López y los comestibles de la madrileña.
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Ante la gran demanda de sus productos en el mercado de abastos, Gerardo Gutiérrez emprendió un nuevo comercio en plena calle Mayor de Guadalajara. El amplio supermercado se encontraba en el número 35 de una de las vías principales de la ciudad, donde en la actualidad se encuentran las oficinas de la empresa de construcción Quabit Inmobiliaria. La inauguración del nuevo establecimiento de alimentación fue el domingo 17 de febrero de 1963, siendo bendecido el lugar por el arcipreste de Guadalajara Juan de Dios Moreno, acompañado por el alcalde de Guadalajara Pedro Sanz Vázquez, numerosos amigos y clientes de la familia Gutiérrez García. El acto finalizó con un ágape, servido por el personal del Hotel España, que se encontraba en la llamada plaza de Santa Clara y que en la actualidad alberga la oficina principal de Ibercaja. Nueva Alcarria, del viernes 23 de febrero de 1963, informaba en su portada de la importancia del nuevo establecimiento alimentario en Guadalajara e igualmente indicaba que se estrenaba por primera vez en la ciudad arriacense el modelo de autoservicio.
Finalmente, y con gran visión comercial, Gerardo Gutiérrez abría un comercio de las Tres G.G.G. en el número cinco de la calle Miguel Fluiters y se unía a emblemáticos comercios como el de los tejidos Madrigal, la carnicería de los hermanos Abajo, la joyería Ema y la farmacia de la familia Jiménez, que cerraba el primer tramo de la calle con la placita del doctor Ramón Atienza. Al estar muy cerca del instituto Caracense de la calle Benito Hernando, los estudiantes en sus descansos se acercaban al establecimiento alimenticio para adquirir el bocadillo del estudiante junto a una lata de refresco, a un precio muy módico para los académicos.

El comienzo de las obras del parking subterráneo de la Plaza Mayor de Guadalajara, con la construcción de un nuevo y moderno edificio, supuso el cierre del histórico comercio de las Tres G.G.G. así como el resto de comercios del inicio de los números impares de la calle Miguel Fluiters.
Cómo anécdota curiosa, el último día que estuvo abierta la tienda de las Tres G.G.G de Miguel Fluiters, su último dependiente Justo Vázquez Ruíz, recibió la visita de numerosos estudiantes acompañados de los miembros de una tuna universitaria para realizarle una emotiva despedida.