Un torero muy recordado en Guadalajara: Felipe Jiménez 'El Botas'
Felipe nació en Madrid en el año 1929. A muy corta edad comenzó a realizar las capeas taurinas de las fiestas patronales de la mayoría de los pueblos de la provincia de Guadalajara.
Por Eduardo Díaz
Ayer sábado hubiese sido la tradicional Gala Taurina que normalmente se celebra en nuestra ciudad, pero la pandemia del Covid ha obligado a suspenderla por segundo año consecutivo. En el rincón de esta semana vamos a recordar a un torero que fue muy querido en Guadalajara por su humildad y cariño hacia los jóvenes que soñaban con ser figuras del toreo. Nos estamos refiriendo a Felipe Jiménez, el cual era apodado como “El Botas”.
Felipe nació en Madrid en el año 1929. A muy corta edad comenzó a realizar las capeas taurinas de las fiestas patronales de la mayoría de los pueblos de la provincia de Guadalajara. En compañía de los jóvenes aficionados a la tauromaquia como Félix Minchillo “Morenito de Guadalajara”, José Albarrán y Aurelio Calatayud, entre otros muchos, comenzó a descubrir la vida dura de los maletillas que dormían en corrales y comían lo que solidariamente les donaban las familias de los pueblos en donde toreaban. Al ser hijo de un zapatero de profesión, siempre acudía a lidiar las reses con zapatos, cuando normalmente sus compañeros utilizaban alpargatas y de ahí le vino el apodo de ‘El Botas’.
En la localidad de Usanos fue considerado como un héroe, ya que tras escaparse un toro del coso taurino formado por carros, evitó la tragedia cuando se dispuso a torearlo en las calles y de esa manera salvó de una cornada a las numerosas personas que descansaban a la puerta de sus casas. En todo momento fue ayudado por Félix Minchillo y ambos lograron devolver al astado al coso taurino ante el clamor del público que abarrotaba los carros que formaban el anillo de la plaza.
En las fiestas patronales de Trijueque tuvo la mala fortuna de perder la visión del ojo derecho cuando se disponía a ejecutar la suerte de las banderillas, golpeándole un palo de una de ellas violentamente contra su ojo. El final de su trayectoria taurina se produjo en la localidad madrileña de Torres de la Alameda. Un enorme toro de más de quinientos kilos le asestó una terrible cornada en su muslo derecho rompiéndole las venas femoral y safena, lo cual le hizo perder muchísima sangre, incluso el párroco de la localidad, dada su gravedad le dio la extremaunción. Milagrosamente salvó su vida al ser trasladado y operado de urgencia al Sanatorio de los Toreros de Madrid. A partir de ese momento su vida cambió de forma radical y se dedicó a organizar las capeas de los pueblos e igualmente a apoderar a numerosos jóvenes que soñaban con ser figuras del toreo en un futuro. Su nuevo domicilio pasó a ser el Hotel España de Guadalajara en donde se le consideraba como a uno más de la familia y desde allí gestionaba los asuntos burocráticos de los festejos populares.
En el año 1988 recibió de manos de don Salvador Embid Villaverde, el Título de “ Popular Nueva Alcarria” en la modalidad de Valores Humanos, como reconocimiento a su dedicación y cariño hacia Guadalajara y su provincia. La ciudad de Guadalajara le rindió un sentido homenaje en 2003, con la colocación de una placa en su honor en el Patio de Caballos del Coso Taurino de las Cruces y un posterior festival taurino en el que intervinieron los toreros y novilleros que estuvieron a su cargo. El 30 de septiembre del año 2010 Felipe Jiménez falleció a los 79 años de edad en su domicilio de Madrid, con el dolor de la afición taurina de Guadalajara.