Una cabalgata de Guadalajara que ilusiona a niños y mayores: la de los Reyes Magos

05/01/2019 - 13:18 Eduardo Díaz

Si hay un acto que nunca se ha suspendido en Guadalajara es el desfile de los Reyes Magos por mal tiempo que haya hecho. 

A las 18.00 horas en punto de la tarde llegarán a Guadalajara, procedentes del lejano Oriente, sus Majestades los Reyes Magos, acompañados de sus Pajes Reales, para visitar y repartir posteriormente sus regalos a los más pequeños de la casa.
   Una vez llegados a nuestra ciudad recorrerán con su cortejo las calles más céntricas de Guadalajara y tras la adoración al niño Jesús en la explanada de la Parroquia de San Ginés, comenzarán con su arduo trabajo de reparto de regalos por las casas particulares y planta infantil del Hospital General.
  En el rincón de esta semana vamos a realizar un pequeño homenaje a los Reyes Melchor, Gaspar y Baltasar, los cuales nunca han fallado en su visita anual a Guadalajara, haga el tiempo que haga.  A principios del siglo XX, los Reyes Magos llegaban a Guadalajara montados en tres borricos y sobre sus aguaderas portaban los regalos para los más pequeños de la ciudad. Una vez repartidos, y antes de regresar al lejano Oriente, visitaban el emblemático barrio del Alamín, en donde eran recibidos con licores, dulces y villancicos por parte de las numerosas rondas navideñas que alegraban la Navidad.  


  Fue a partir de la década de los años 50 del siglo pasado cuando los Reyes Magos ya vinieron con caballos y su Cabalgata por la ciudad era organizada por el desaparecido Frente de Juventudes y la colaboración inestimable del Club Vespa de Guadalajara

   Si hay un acto que jamás se ha suspendido en Guadalajara ese es el desfile de los Reyes Magos por las calles de Guadalajara y eso que en la Cabalgata del año 1985 cayó sobre la ciudad un auténtico diluvio, teniendo que ceder la Corporación Municipal su tribuna cubierta frente al Ayuntamiento a los numerosos niños que esperaban con mucha ilusión la llegada de sus mejores amigos.
Igualmente en la Cabalgata del año 1993, primera que presidía el que fue durante 11 años alcalde de Guadalajara, José María Bris Gallego, cayó sobre Guadalajara una copiosa nevada y, por la tarde, debido al intenso frío reinante, las calles se convirtieron en una auténtica pista de patinaje. El primer mandatario municipal acompañó personalmente en su recorrido a sus majestades para evitar cualquier tipo de accidente y resbalones sobre la calzada totalmente helada. Fue una Cabalgata inolvidable y las adversas condiciones meteorológicas fueron contrarrestadas por la ilusión y la alegría de los más pequeños, que aguantaron de manera heroica el paso de sus Majestades.


  Una de las sorpresas que nunca olvidarán los más pequeños fue cuando en el desfile del año 1989 observaron cómo dos enormes y simpáticos Policías Municipales,  acompañados de sus diminutas motocicletas, abrían el Cortejo Real y repartían golosinas y pequeños juguetes a los niños que aguardaban con muchos nervios el paso de los Reyes Magos. 
    Si hay algo que siempre recuerdan los Reyes Magos a su llegada a Guadalajara es la sonrisa, el cariño y la simpatía  con la que son obsequiados en su paseo por las calles de la ciudad.