Una confitería que será recordada en Guadalajara... Hernando ‘Casa Guajardo’

25/11/2018 - 11:27 Eduardo Díaz

La familia Antonio Hernando llegó a Guadalajara procedente de la localidad aragonesa de Alhama de Aragón. Comenzó su andadura comercial con una taberna emplazada al final de la calle Mayor Baja, 

El domingo 18 de noviembre pasará a la historia de nuestra ciudad por ser la última vez que permaneció abierta la prestigiosa pastelería Hernando ‘Casa Guajardo’, tras estar abierta más de un siglo y dispensar los famosos bizcochos borrachos. Estos famosos dulces que representan y son símbolo de Guadalajara están elaborados con bizcocho y bañados por un típico almíbar compuesto por agua, ron y miel. La procedencia de este famoso producto se remonta al año 1843, en la confitería de Félix Suárez, que se hallaba en la Plaza de San Gil. Para la promoción de este dulce, el monarca Alfonso XII fue obsequiado con unas cajitas de bizcochos borrachos en la inauguración del Colegio de Huérfanas de la Guerra en el Palacio del Infantado el 23 de marzo del año 1879.
Posteriormente se abrieron otras pastelerías en Guadalajara basándose principalmente en los bizcochos borrachos como: Víctor Saldaña, en la calle Mayor Alta, que posteriormente regentaría la familia Villalba; ‘La Madrileña’ fundada por Rafael Moya en la calle Mayor Baja; ‘La Favorita’ de Jesús Campoamor, situada muy cerca de la plaza Mayor e igualmente la ‘Casa Guajardo’ de Antonio Hernando Guajardo. 


   La familia Antonio Hernando llegó a Guadalajara procedente de la localidad aragonesa de Alhama de Aragón. Comenzó su andadura comercial con una taberna emplazada al final de la calle Mayor Baja, justo con la intersección de la calle Teniente Figueroa y en la cual se hallaban los Billares ‘Preti’. Fue en el año 1901 cuando su local de hostelería cambió de actividad y comenzó como pastelería ‘Casa Guajardo’, realizando sus labores artesanales en el obrador de leña en la planta baja del local. Aparte de la especialidad de bizcochos borrachos que se dispensaban en unas preciosas cajitas con alegorías de Guadalajara, se servían tartas al Hotel Palace, llamado posteriormente España y que se encontraba justo enfrente del establecimiento confitero. También eran clientes de la Casa Guajardo: El Restaurante La Perla en la estación de ferrocarril y posteriormente Casa Víctor y La Murciana. Para la mayoría de los turistas que venían a Guadalajara era casi obligada la visita a la pastelería de Guajardo para adquirir los bizcochos borrachos junto a los tarritos de Miel de la Alcarria. 


  En el año 1964, uno de los nietos del fundador de la Casa Guajardo tomó el relevo en la actividad comercial. En concreto, fue Luis Hernando Lacruz, que cambió el obrador de leña por un horno eléctrico. Igualmente pasó a denominarse Pastelería Hernando, aunque siempre estaba en el recuerdo el nombre de Guajardo. Este conocido empresario de la Confitería falleció en el año 1996 y fueron sus hijos los que tomaron el relevo empresarial del emblemático comercio. Ante la gran demanda de sus productos artesanos adquirieron una nave en el polígono del Henares y allí instalaron un moderno obrador, debido a la gran clientela que tenían en Guadalajara, provincia e incluso en la vecina comunidad de Madrid.
  La apertura de grandes superficies con la venta de productos de confitería industrial, mucho más económica que la artesanal, supuso un fuerte varapalo para este comercio de Guadalajara. Pero en el recuerdo de todos los arriacenses, quedará grabada la inolvidable Pastelería Hernando ‘Casa Guajardo’.