Una leyenda del fotoperiodismo en Guadalajara: Álvaro Díaz Villamil
Era un fotógrafo silencioso, solitario y sobre todo pasaba inadvertido con su único objetivo de obtener la noticia y plasmarla en los medios de comunicación, entre ellos Nueva Alcarria que tuvo la suerte de disfrutar de su trabajo.
Por Eduardo Díaz
Dentro de los medios escritos que existen en Guadalajara, la función de los reporteros gráficos es plasmar a través de una imagen el complemento a una noticia o un reportaje. En el rincón de esta semana vamos a realizar un pequeño homenaje a estos informadores gráficos en la figura de Álvaro Díaz Villamil, que falleció hace pocos meses y dejó una huella imborrable por todas las redacciones en las que trabajó a lo largo de su vida laboral.
Álvaro nació en la localidad de La Paz, capital de Bolivia. En su juventud partió hacia tierras alemanas para comenzar sus estudios superiores en arquitectura. Pronto comprendió que su vida laboral se encontraba detrás de una cámara fotográfica, por lo que se trasladó a Madrid en donde comenzó a trabajar en la producción de películas tanto en sus labores de imagen como de interpretación.
Tras contraer matrimonio, se trasladó a vivir a la localidad de Villanueva de la Torre y allí comenzó su labor como fotoperiodista en la redacción de Nueva Alcarria. Su presencia era en actos deportivos, sucesos que se producían en la ciudad e igualmente instantáneas de auténtica actualidad. Su etapa en el periódico de la provincia fue histórica dejando un legado fotográfico de un valor incalculable. Posteriormente pasó por las redacciones de Guadalajara 2000, el Decano, Siete Días en Guadalajara y La Tribuna de Guadalajara. Su último lugar de trabajo antes de su jubilación fue en el Gabinete de Prensa del Ayuntamiento de Azuqueca de Henares.
Su figura en los lugares en donde trabajaba era muy peculiar: barba blanca, chaleco sobre su camisa y su inseparable herramienta de trabajo, su cámara fotográfica. Era igualmente un fotógrafo silencioso, solitario y sobre todo pasaba inadvertido con su único objetivo de obtener la noticia y plasmarla en los medios de comunicación.
A lo largo de su dilatada vida como reportero gráfico recibió numerosas ofertas de trabajo para realizar reportajes de bodas, comuniones y congresos pero su respuesta siempre era la misma: “ Mi vida como fotógrafo será siempre al servicio de los periodistas de Guadalajara”.
Álvaro Díaz también vivió dolorosas situaciones realizando su trabajo. Una de ellas fue la tragedia de las inundaciones de la localidad de Almoguera en donde obtuvo imágenes muy duras e igualmente ayudó a muchas de las personas que lo perdieron todo en unos momentos interminables.
Su último premio fue el logrado en el Rally Fotográfico del año 2017, organizado por la Asociación de la Prensa de Guadalajara en donde obtuvo el galardón a la mejor fotografía. Álvaro Díaz Villamil falleció en Guadalajara el 22 de enero del año 2022, a los 86 años, ante el dolor de su familia y de sus compañeros de profesión.