Una sala cinematográfica que tuvo mucha historia en Guadalajara: El Cine Imperio

09/06/2019 - 14:11 Eduardo Díaz

Su historia comenzó el 18 de octubre de 1911 y ha tenido diferentes nombres a lo largo del tiempo.

Nuestra querida Guadalajara siempre ha tenido tradición en todo lo referente a los rodajes y proyecciones cinematográficas. La ciudad ha sido y es lugar de escenarios y rodajes de numerosas películas y series televisivas. En el rincón de esta semana vamos a recordar la historia del ya derruido cine Imperio que durante su existencia tuvo varios nombres. 

El 18 de octubre del año 1911 se inauguraba el Teatro Cómico el cual fue construido en unos terrenos situados en la plaza de López de Haro a espaldas del Palacio de los Condes de Coruña, bajo la dirección del prestigioso arquitecto Antonio Vázquez Figueroa. En dicho teatro se realizaban espectáculos escénicos que se alternaban con proyecciones cinematográficas de aquella época. La dirección del local corría a cargo de Marcelino Gómara.

En el año 1933 la sala cambió de empresario y pasó a manos de Florencio Perrote, el cual se inclinó por el cine y denominó a la sala como “ Cine Novelty” tras realizar las obras necesarias para su apertura, que fueron inspeccionadas por los técnicos municipales. Durante la Guerra Civil  la sala sufrió un pavoroso incendio que la dejó totalmente inutilizada para la emisión de películas. Fue en el año 1940 cuando el cine  volvió a abrir sus puertas tras ser rehabilitada la sala de butacas e igualmente el resto de instalaciones e igualmente cambió el nombre de sala, pasándose a llamar Cine Imperio.

A partir del año 1961 la sala cinematográfica pasó a manos de la sociedad ‘Espectáculos Reunidos’, dirigida por el empresario local Emilio Martín, que igualmente abrió otra sala de cine en la calle Alonso Núñez de Reinoso, con el nombre de cine la Prensa, la cual se especializaba en las sesiones continuas en las tardes de los domingos y días festivos. El cine Imperio destacaba por tener un amplio patio de butacas en su zona más baja y se complementaba con una zona alta a ambos lados del cuarto de proyección, que se conocía cariñosamente con el nombre de “Gallinero”, el cual era ocupado primordialmente por jóvenes adolescentes que aprovechaban la oscuridad de la sala para comenzar sus aventuras amorosas. Igualmente existía un moderno bar que se le conocía con el nombre de “ Ambigú” que se utilizaba durante los descansos de las películas emitidas y al finalizar las mismas.

 

Los mayores éxitos de la sala llegaron con el cine de la transición proyectándose películas de alto contenido erótico que atraían a un público expectante con el cambio de la nulidad de la censura. Uno de los mayores éxitos de la historia del cine llegó con el estreno de la película española ‘La Trastienda’ en el año 1976. En este film, dirigido por Jorge Grau, aparecía la actriz María José Cantudo en un desnudo integral a través de un espejo y se convertía en la primera mujer que posaba sin vestimenta alguna antes las cámaras. Fue tal la expectación que levantó esta película basada en las fiestas de San Fermín, que la Policía Municipal tenía que regular el tráfico rodado por la calle Mayor a la entrada de las sesiones, tanto en días laborables como en festivos.  

La llegada a Guadalajara de las Salas Multicines en un moderno edificio del barrio del Alamín supuso el cierre de los cines Moderno, Luengo y finalmente en el año 1996 el Imperio, ante la tristeza de muchos amantes del séptimo arte. Años más tarde, en concreto en el 2013, se derribaba el interior del cine, quedando en la actualidad el recuerdo de la oxidada taquilla para adquirir las localidades y la puerta de entrada a la sala.