Una tasca muy recordada en Guadalajara: La Escalerilla 'La Casa de las Gambas'

16/02/2025 - 12:16 Eduardo Díaz

El local estaba situado en la calle Miguel de Cervantes, justo al lado de las escalerillas que dan acceso a la plaza del Jardinillo.

En 1963 el empresario de hostelería de la localidad de Horche, Rafael Clemente Cubillo, se trasladaba a la ciudad de Guadalajara y apostaba por la implantación de una tasca en la ciudad arriacense. Para ello eligió un local situado en la calle Miguel de Cervantes, justo al lado de las escalerillas que dan acceso a la plaza del Jardinillo. Es por ello que eligió poner el nombre de la ‘Escalerilla’ a la nueva tasca y acompañarla con el nombre de la ‘Casa de las Gambas’, al ser este crustáceo la especialidad de la casa.

La típica tasca se componía de una amplia barra y a espaldas de ella una pequeña sala con mesas y sillas para la degustación de las raciones e igualmente para las tertulias que se desarrollaban en el interior del local. Desde su apertura, una de las especialidades de la casa fue el denominado vino “Semifuso”. Se trataba de un vino de la bodega horchana de Joaquín Escribano, compuesto de dos partes de vino blanco y otra de vino tinto.

Uno de los camareros que permaneció en la tasca desde su inauguración hasta su cierre definitivo fue Pedro Adalia. Se encargaba de servir las consumiciones y raciones a los clientes. El propietario del local, Rafael Clementa, hacia la función del burladero de barra, que según él consistía en ganarse la confianza de los clientes y que propagasen en la calle las exquisiteces del local.

Con el paso del tiempo, en el interior del local se instaló la Agrupación Teatral Alcarreña, dirigida en aquella época por el actor local Jesús Esteban Alda; al calor de la estufa y en compañía de unos vinos y unas raciones, organizaban en sus mesas las programaciones teatrales de la asociación.

  Al cerrar Joaquín Escribano su bodega en Horche, su tradicional vino fue sustituido por el de la localidad abulense de Cebreros. Ante la imposibilidad de descargar el vino de Cebreros a través de una cisterna, ya que se cortaba totalmente la calle Miguel de Cervantes, el propietario de la tasca se desplazaba a Cebreros con una furgoneta cargada de garrafas vacías y volvía a Guadalajara con ellas llenas.

Otra de las grandes pasiones del propietario de la casa de las Gambas era la del mundo de la tauromaquia. En los festejos taurinos que se celebraban en el coso taurino de las Cruces durante las Ferias y Fiestas de Guadalajara, Pedro Clemente se hacía fotos en el patio de caballos con las principales figuras del toreo, para luego exponerlas en las paredes de la tasca. Igualmente si los toreros actuantes no tenían que lidiar al día siguiente, eran invitados junto a sus cuadrillas a su tasca por la noche para cenar, con el acompañamiento de grupos de flamenco y música en directo, procedentes de Madrid.

Eran célebres los vermuts los fines de semana en la tasca de la Escalerilla, siempre acompañados con raciones de gambas a la plancha que hacían las delicias de sus numerosos clientes. 

El final de la tasca de la Casa de las Gambas llegó en el verano del año 1986, dejando un recuerdo inolvidable en la sociedad de Guadalajara. Su lugar en la actualidad es ocupado por un moderno edificio de viviendas.