Una tradición musical muy arraigada en Guadalajara: Las rondas navideñas
Las primeras rondas de Navidad que se crearon en la ciudad arriacense se situaban en el desaparecido barrio del Cerro del Pimiento y en el entrañable barrio del Alamín.
Con la llegada de la época navideña a Guadalajara son varias las rondas navideñas que llevan la alegría a las calles y bares con los cánticos de villancicos. Las primeras rondas de Navidad que se crearon en la ciudad arriacense se situaban en el desaparecido barrio del Cerro del Pimiento y en el entrañable barrio del Alamín.
En el humilde barrio del Cerro del Pimiento, la llegada de la Navidad era celebrada por todo lo alto y la celebración estelar eran las tradicionales campanadas de fin de año en la plaza Mayor de la ciudad. Existían diversos grupos de cánticos de villancicos y destacaba la rondalla de la calle de la Guarrina, cuyo cántico más famoso era el siguiente: “ Somos la gente más fina que el mundo parió, los de la Guarrina tan pronto robamos gallinas así como sacos de harina y arroz”. Con la desaparición de este inolvidable barrio en 1960 con motivo del desarrollo del polígono residencial del Balconcillo, desaparecieron las rondas navideñas del barrio.
La ronda del barrio del Alamín, vigente en la actualidad, nació en el calor de la estufa del bar el Chato a finales de la década de los años 60 del siglo XX. La formaron familias del barrio como los Lara, Balderas, Calvo, Manolo Garcés y la inconfundible voz del solista Mariano García, fallecido hace poco más de un año dejando un recuerdo imborrable en la ciudad. Tal fue la popularidad de esta ronda alaminera que en el año 1980 grabó una cinta de cassette con temas populares como el Tejar, los Pastorcillos y sobre todo el popular villancico El Torito, que se hizo muy popular tanto en la ciudad como en el resto de España.
El día cumbre para la ronda del Alamín era la tarde de 24 de diciembre, cuando recorrían la totalidad de la calle Mayor de Guadalajara y animaban a todo el mundo a sumarse con ellos para el canto de los villancicos populares. Para este acto contaban con el apoyo incondicional del periodista ya fallecido de Nueva Alcarria, Domingo Cardero Prieto, que promocionaba el acto a través del semanario local y acudía con su inseparable pandereta acompañado de su familia. Curiosamente cuando finalizaba la Navidad, en la festividad de los Reyes Magos, en la plaza de la Alaminilla, los miembros de la ronda del Alamín, en compañía de numerosos vecinos de la barriada, consumían los productos navideños que habían sobrado e igualmente elaboraban una pequeña hoguera en la que depositaban las zambombas que se habían estropeado durante la celebración de la Navidad.
Cuando en 2003 se instauró la tradicional zambombada, por la escuela de folklore de la Diputación, el ayuntamiento de Guadalajara y la ronda del Alamín, surgieron nuevas agrupaciones musicales navideñas en la ciudad. Una de ellas fue la ronda de la Alegría formada por familias del barrio de la Colonia de Sanz Vázquez, la Gavina e igualmente del barrio del Alamín. Curiosamente en sus estatutos aprobaron que entre los instrumentos que utilizarían estarían las zambombas, botellas de anís, panderetas, losas de lavar, hueseras y descartaron elementos de cuerdas como guitarras y bandurrias.
Otra de las agrupaciones navideñas creadas en Guadalajara fue la de los amigos de la ronda del Alamín con familias del entrañable barrio alaminero. Acuden a numerosos establecimientos de hostelería de la ciudad cantando villancicos, siempre con su camiseta morada y pañuelo morado al cuello.
Podríamos asegurar que las rondas navideñas de Guadalajara son un elemento musical imprescindible en la época navideña de Guadalajara.