Unos trabajadores muy queridos en época navideña: los carteros
A comienzos del siglo XX, el Gobierno de España dictó una Orden Ministerial para la construcción de las oficinas de Correos en las capitales de provinciales. Contamos hoy la historia en Guadalajara.
La empresa española con más antigüedad en la actualidad es la del servicio de Correos. En concreto fue fundada en el año 1756, bajo el mandato del Rey Felipe V de Borbón. Fue en el año 1756 cuando se nombraron los primeros carteros urbanos que realizaban el reparto con caballos. Cinco años más tarde comenzaron a colocarse las primeras bocas de buzones para el depósito de la correspondencia.
A comienzos del siglo XX, el Gobierno de España dictó una Orden Ministerial para la construcción de las oficinas de Correos en las capitales de provincia. En Guadalajara el edificio de Correos comenzó a construirse en el año 1917. Fue un proyecto del arquitecto Joaquín Sainz de los Terreros, en un solar de la calle Santa Clara, hoy llamada Teniente Figueroa e igualmente en la calle Teniente Gonzalo Herranz. El edificio que se conserva en la actualidad, aunque ya no existen oficinas de Correos, tenía su entrada principal justo al lado del actual hotel España. Subiendo unas escaleras se encontraba el Hall para la tramitación de envíos de cartas certificadas y paquetes postales. La zona baja del edificio era para la selección y posterior reparto de la correspondencia y el garaje para los vehículos comerciales del reparto. Por ultimo, en la planta superior se encontraban las viviendas de los encargados del servicio de Correos de Guadalajara. El edificio donde permaneció anteriormente Correos, es de estilo mudéjar clásico, y en la actualidad se encuentra sin ningún tipo de actividad. No obstante en el año 2018 se presentó un proyecto de rehabilitación del edificio para el regreso del servicio de Correos, el cual sigue pendiente de ejecución.
A mediados del siglo XX, la ciudad de Guadalajara se encontraba dividida en siete distritos postales y los carteros realizaban el reparto sobre unas grandes sacas, que se cargaban sobre un hombro. De manera anecdótica, y al no haber buzones en las viviendas, los carteros llevaban un silbato que hacían sonar para anunciar su llegada a las viviendas y de esa manera comenzar el reparto ordinario de las cartas.
Los momentos más entrañables para los carteros del servicio de Correos se producían ante la llegada de la Navidad. El trabajo en esa época navideña era muy intenso, ya que eran muchas las postales navideñas de felicitación que tenían que repartir, procedentes de todos los lugares de España y del extranjero. Por todo ello en tiempos pretéritos existía la bonita costumbre por parte de los vecinos de dar el típico aguinaldo navideño a los carteros, acompañado de una felicitación agradeciendo su labor diaria a lo largo del año.
Uno de los lugares más queridos por los niños ante la llegada de la navidad eran los grandes leones que se situaban en la calle Gonzalo Herranz, depositando en sus grandes bocas las cartas dirigidas a sus majestades los Reyes Magos.
En la actualidad los carteros de Correos han sustituido las grandes sacas que llevaban al hombro, que tantas lesiones musculares les producían, por modernos carros que hacen que el reparto de la correspondencia sea mucho más cómodo. El servicio actual de Correos de Guadalajara se compone de tres oficinas de atención al público y un almacén central de almacenamiento de paquetes y correspondencia en el polígono del Balconcillo.