Voceros

22/02/2025 - 11:48 Jesús de Andrés

No les descubro nada nuevo si les digo que Vox tiene un fondo oscuro.

 Tras las últimas elecciones municipales y autonómicas, celebradas en 2023, la formación extremista reconoció haber sido financiada para hacer frente a aquellos comicios por un banco húngaro controlado por Viktor Orbán, presidente de Hungría y fiel lacayo de Putin. Más de 9 millones de euros en aquella ocasión pese a la prohibición que establece la Ley de financiación de partidos de recibir fondos o créditos de, entre otros, gobiernos y empresas públicas extranjeras. Ese banco, el Magyar Bank Holding, es, por cierto, una de las firmas que intentó quedarse con la fábrica de trenes Talgo, compra vetada por el Gobierno por razones de seguridad nacional. 

El precio pagado por gustosamente por Abascal y los suyos se hizo público poco después: tras las elecciones europeas de 2024, los diputados de Vox en la Eurocámara abandonaron el grupo de los Conservadores y Reformistas, liderado por la presidenta italiana Giorgia Meloni, y se pasó al grupo Patriotas por Europa, abanderado por Orbán, esos mismos que se han reunido en hermandad hace apenas quince días en Madrid. Muchos tercios de Flandes, muchas banderas con la cruz de san Andrés, mucho ardor guerrero henchido de amor patrio para acabar siendo los voceros de Putin en Europa, para acabar defendiendo la cobarde invasión de Ucrania por parte de Rusia, para acabar reivindicando a Trump y a Putin porque ellos -conecto el modo irónico- son líderes con las ideas claras, defensores de la tradición y de las familias, patriotas que luchan virilmente contra la Europa descafeinada a la que nos ha conducido tanto progresismo.

La Rusia de Putin trabaja incansablemente para controlar las opiniones públicas de nuestros países, para desestabilizar, para desarmar la idea de Europa y generar tanto euroescepticismo como sea posible. Igual les sirve apoyar cualquier movilización independentista, como ocurrió con el “proces” catalán, que generar ataques cibernéticos o difundir noticias falsas a través de redes de comunicación y medios afines. Y, por supuesto, financiar de forma directa o indirecta campañas electorales. Lo han hecho con Vox y lo seguirán haciendo. Son sus tontos útiles y hay que seguir dándoles de comer. 

También han recibido en otras ocasiones, por cierto, apoyo iraní. No es de extrañar que rusos e iraníes financien a Podemos y a Vox, sus voceros. Poco les importa su orientación ideológica última, mucho su labor de desgaste interno. No faltan entre nosotros gentes que, con aquello de los toros, la caza, la inmigración y las procesiones, se dejan enredar en proyectos que intentan destruirnos, que quieren acabar con el proyecto europeo. Al menos, que se sepa.