Del reciclaje urbano al renacer rural, la economía circular que brota del monte

02/05/2025 - 20:22 Francisco Campos Vicente

En un momento en que el futuro se juega en la forma en que tratamos nuestros recursos, la economía circular ha dejado de ser solo una estrategia ambiental. Es también una cuestión de sentido común, una necesidad imperante para construir territorios resilientes.

Foto: Rewilding Spain

No se trata únicamente de reciclar más o de producir menos residuos, sino de repensar los sistemas, cerrar ciclos y, en última instancia, revitalizar nuestros pueblos. Y en Guadalajara, esa mirada se bifurca en dos caminos muy distintos, pero complementarios: el que parte de la Vega del Henares, con su enfoque en la gestión de residuos a gran escala, y el que se abre paso entre los pinares del Alto Tajo, donde la circularidad adquiere una dimensión intrínsecamente ligada al territorio y sus recursos naturales.

Mientras en las ciudades del Corredor la circularidad se mide en contenedores y campañas de concienciación, en los pueblos de la sierra adquiere otra dimensión: el monte se recicla a través de la valorización de la biomasa, los saberes tradicionales se actualizan con la incorporación de nuevas tecnologías y la sostenibilidad se convierte en un modo de vida arraigado. Son dos modelos distintos, pero no enfrentados.

 

Uno aporta escala y estructura en la gestión de los flujos de residuos urbanos; el otro, coherencia con el entorno y un profundo arraigo a las particularidades del territorio rural. Ambos construyen futuro, cada uno a su manera, enfrentando desafíos específicos como la gestión de residuos en grandes núcleos urbanos versus la revitalización económica y social en áreas despobladas.

El monte como motor de una bioeconomía circular

Vista panorámica de la localidad de El Recuenco, emplazada en el Alto Tajo. 

En el Alto Tajo, la economía circular empieza en la raíz. Literalmente. “Bosque Innova” -un proyecto impulsado por Fundación COPADE, Rewilding Spain y la Fundación General CSIC- transforma la biomasa residual del monte en empleo y productos sostenibles. Resina, setas, biochar -carbón vegetal de biomasa- y la exploración de elementos de la madera para baterías o sustitutos del plástico. Recursos que estaban ahí, pero que ahora se gestionan con inteligencia, con una visión de conjunto que busca cerrar el círculo sin romper el equilibrio ecológico. Se trata de demostrar que la sostenibilidad no solo es una necesidad ambiental, sino también una oportunidad para generar una bioeconomía local robusta.

Según se informa desde la Mancomunidad Alto Tajo, se está investigando cómo hacer la extracción de estos recursos económicamente competitiva para las empresas locales, buscando un equilibrio entre la sostenibilidad y la viabilidad económica.

Una tienda móvil que une pueblos y mercados

En La Silvestre se apuesta de forma decisiva por los productos de la tierra. 

Y si hablamos de cerrar círculos, La Silvestre es un ejemplo perfecto de cómo la economía circular puede fortalecer la cohesión social y la economía local. Esta tienda móvil, impulsada por la Mancomunidad del Alto Tajo, reparte productos básicos en aldeas con menos de diez habitantes utilizando una furgoneta eléctrica, minimizando el impacto ambiental. Sin ruido, sin prisas, promueve la cohesión social, reduce desplazamientos innecesarios y fortalece la economía local al conectar productores con consumidores, incluso aquellos que solo visitan la zona esporádicamente gracias a su plataforma online. Según el alcalde de El Recuenco, presidente de la Mancomunidad Alto Tajo y de Rumbo Rural, Enrique Collada, esta idea se completa con una tienda online que está operativa y está demostrando ser un servicio esencial para quienes tienen dificultades para trasladarse.

Reutilizar el patrimonio edificado para repoblar y regenerar

El presidente de la Mancomunidad Alto Tajo, Enrique Collada, muestra una de las viviendas recientemente rehabilitadas en El Recuenco. 

La rehabilitación de viviendas municipales en desuso es otro capítulo crucial de esta economía circular rural. Más de 50 personas han mostrado interés en instalarse en alguno de los 10 pueblos de la Mancomunidad, atraídas por la oportunidad de dar nueva vida a casas vacías. Infraestructuras olvidadas que encuentran un nuevo propósito, contribuyendo no solo a la eficiencia en el uso de los recursos existentes, sino también a la repoblación y regeneración del tejido social y económico de la comarca. Collada señala que el proceso de adjudicación de estas viviendas ha avanzado significativamente, esperándose las primeras firmas de contrato en breve.

Energía renovable para la autonomía local

El 5 de marzo, fue una jornada muy importante para Peralveche que se convertía en un municipio pionero al constituir la primera comunidad energética del Alto Tajo y de Guadalajara, modelo que está implantado en más de 100 municipios de España. Este acto se formalizó en la notaría de Dña. Jimena del Castillo en Guadalajara y se llevó a cabo la constitución de la Cooperativa Energética estableciendo así la estructura legal. hacia un modelo de energía sostenible y participativo.

En Peralveche ya funciona una comunidad energética solar, un ejemplo tangible de circularidad energética. Los vecinos producen y consumen su propia electricidad, reduciendo su huella de carbono, sus facturas y su dependencia de fuentes externas. El ciclo se cierra dentro del mismo pueblo, reforzando la autonomía local y haciendo frente al cambio climático desde lo concreto, desde lo cercano. Según indican desde CEL Management, “una de las principales ventajas de este modelo es que no requiere una inversión inicial por parte del Ayuntamiento, las empresas ni los vecinos”. La adhesión a la cooperativa es de carácter abierto y voluntario, con una cuota de entrada de tan solo 2 euros, “permitiendo a los miembros beneficiarse de la compra conjunta de energía en condiciones favorables”.

Laboratorios rurales de conocimiento sostenible

En El Recuenco se ensaya el futuro desde lo más antiguo: el monte. Allí, Ecosistema Lab no es solo un proyecto, sino una red de saberes útiles, aplicables y replicables. Se forma a nuevos profesionales en la Escuela de Resineros, cuyo núcleo central se halla en el municipio de Cobeta, uniendo tradición y tecnología para generar conocimiento con raíces y explorar nuevas aplicaciones de la resina. También se enseña a medir la captura de CO₂ por los árboles y se transmiten técnicas forestales sostenibles, buscando una gestión integral del monte que valore sus múltiples servicios ecosistémicos.

Una agenda local premiada como modelo de innovación rural

La Agenda Urbana Local del Alto Tajo -premiada con 98 puntos sobre 100 por el Ministerio de Transportes- se erige como un faro de innovación en la planificación rural sostenible. Frente al modelo urbano, que a menudo prioriza lo técnico y normativo, las soluciones en el Alto Tajo brotan del propio territorio, son humanas, adaptadas y genuinamente sostenibles. Y en esa diferencia, en esa capacidad de entender que hay más de una manera de cerrar el círculo, puede residir la clave para un renacer rural basado en la valorización de sus singularidades y su conexión intrínseca con la naturaleza. Desde Alto Tajo se anuncia que se planea extender este modelo de colaboración y desarrollo sostenible a municipios vecinos de Cuenca y Aragón.

Inspiración para otros territorios

La transformación no se queda en el presente. Proyectos como Coliving El Recuenco, que rehabilitará un antiguo cuartel para acoger a nómadas digitales, abren nuevas vías de diversificación económica y rompen con la estacionalidad del turismo. Además, la mancomunidad planea extender su modelo a municipios de Cuenca y Aragón, ampliando su radio de acción.

Collada lo resume con convicción: “En el mundo rural no nos falta nada; lo tenemos todo. Solo necesitamos aprovecharlo”. Con el respaldo de los fondos europeos y el empuje de una comunidad comprometida, el Alto Tajo está construyendo un futuro ilusionante, demostrando que la sostenibilidad también se escribe desde los márgenes.