Los viejos

18/01/2025 - 12:08 Antonio Yagüe

Los mayores, rezan las estadísticas, son en España el grupo de edad con menor índice de pobreza y el mayor con vivienda en propiedad.

 Además, el Gobierno hace reformas de pensiones para blindar su  poder adquisitivo a costa de una subida de impuestos encubierta a los trabajadores y de la creación de empleo.

Uno quisiera creer que esta plausible atención es por su contribución a construir un país democrático y del bienestar colectivo más que por la pesca de millones de votos, como defienden algunos mal pensados.

  Pero hay situaciones y trato de administraciones que dejan al descubierto a diario que España no es un país para viejos. Serlo en muchos casos es sentirse inútil socialmente, un torpe juguete roto o estorbo, esperando al sol de las mañanas para ver pasar la vida desde un banco de la plaza.

  Los viejos de nuestros pueblos forman parte del paisaje, son el santo y seña de la España vaciada. Sin ir más lejos, en Calmarza, municipio rayano de Zaragoza, la veintena de vecinos, muchos octogenarios, llevan desamparados tres meses sin cobertura de móvil, lo que les impide algo tan básico como hablar con parientes, pedir una cita médica o auxilio.

El cuidado de unos 80 mayores de la residencia Santa Ana de Molina de Aragón, hoy dependiente de ‘La Común’ (agrupación de municipios presidida por el alcalde) también deja que desear, según familiares de los internados, en su mayoría hijos de la zona.

La mitad de las 36 empleadas no llega a cobrar la mitad del salario mínimo. Aseguran que en 4 años no se les ha subido el miserable sueldo, lo que teniendo en cuenta la inflación, les aboca a la precariedad rozando la indigencia para subsistir.

Siguen reclamando como pueden ante una justicia esquiva. No hace falta mucha imaginación para saber el día y noche en este geriátrico. Lamentable.