
Un edificio emblemático en Guadalajara: El Mercado de Abastos
En el año 1883 el Ayuntamiento de Guadalajara decidió la construcción de un mercado de abastos para seguir celebrando los tradicionales martes de mercado.
La celebración de los tradicionales mercados ambulantes de Guadalajara tiene una larga tradición, en concreto fue en el siglo XIII cuando Alfonso X “ El Sabio” concedió a Guadalajara el privilegio de la celebración de ferias y mercados. Estos mercados se celebraban en la llamada plaza del Mercado que en la actualidad tiene el nombre de Plaza de Santo Domingo y permanecieron en dicho lugar durante algunos siglos.
En el siglo XVI fue el rey Felipe II el que concedió a Guadalajara la celebración de los martes de mercado en la Plaza Mayor y en sus alrededores como agradecimiento a la ciudad por acoger su enlace matrimonial con Isabel de Valois.
En el año 1883 el Ayuntamiento de Guadalajara decidió la construcción de un mercado de abastos para seguir celebrando los tradicionales martes de mercado e igualmente acoger en su interior los puestos de los comerciantes de la ciudad. El lugar elegido fue una explanada en la Plaza de la Antigua, el proyecto fue elaborado por el arquitecto municipal Mariano Medarde, adjudicándose las obras al constructor Isidro Bellenda y Ceballos. El edificio municipal fue inaugurado el 16 de marzo de 1888. En su interior albergaba dos plantas: una para los comerciantes y otra en el sótano para utilizarla como almacén municipal. En el exterior se construyeron dos lonjas con pilares de hierro de fundición que sostenían la techumbre. Todo el recinto del mercado de abastos se cerraba con un muro de mampostería que servía igualmente como contención de aguas.
La primera gran reforma del edificio del mercado llegó en el año 1962 siendo alcalde don Pedro Sanz Vázquez. Las obras fueron dirigidas por el arquitecto Antonio Batllé Punyed. Las principales reformas eran la construcción de unas escalinatas en la puerta principal y la apertura de puertas en la zona de semisótano con el objetivo de facilitar el acceso a su interior de los vehículos municipales. Pero sin lugar a dudas la reforma más polémica llegó en el año 1995 ya que debido a la quiebra de la empresa constructora las obras duraron algo más de tres años y como consecuencia de ello muchos comerciantes renunciaron a los puestos que tenían adjudicados en su interior. Durante este largo periodo de tiempo, el tradicional mercado de los martes fue trasladado a la explanada de la Avenida del Ejército junto al Palacio del Infantado.
El mercado de abastos abría por fin sus puertas en junio del año 1998 y por primera vez se incorporaba el aire acondicionado, aunque eso sí, se abrían al público muy pocos puestos. En la lonja exterior desaparecían las columnas de hierro y la explanada pasaba a ser un estacionamiento de vehículos de zona azul.
La última reforma del mercado de abastos llegaba en el año 2018 con la intención de crear una planta para negocios de restauración que acompañara a los tradicionales puestos de alimentación. Igualmente la reforma eliminaba el estacionamiento de vehículos en la lonja exterior, con la intención de celebrar ferias y mercados. En la actualidad la planta destinada a futuros bares y restaurantes se encuentra vacía, a la espera de ser adjudicados sus puestos. Igualmente se está a la espera de que retorne el tradicional mercado de los martes cuando finalice la pandemia del Covid-19.