El viernes 10 de febrero se cumplieron justo 100 años de aquel trágico episodio que destruyó la casa matriz de los Ingenieros Militares de Guadalajara. En la actualidad son una fila de cipreses los que nos recuerdan lo que en su día fue el edificio principal del inmueble castrense.
Doña Mercedes, insigne profesora de latín en el viejo Instituto de Molina, nos enseñaba que febrero era en la antigua Roma uno de los meses más importantes del año. Estaba dedicado, explicaba, a las purificaciones y ni siquiera Julio César al reformar el calendario se atrevió a tocar sus 28 días.
Antes de sacar los tractores a la calle deberían tener claro a qué se oponen pues corren el riesgo de ser detractores sin argumentos. Y de que les surjan detractores, a ellos, donde no los había.
Juan José Jaraba nació en Alcolea del Pinar el 25 de abril de 1940. Sus raíces familiares procedían de Hiendelaencina y ejerció el sacerdocio por distintas zonas de la provincia.
La entrega de las llaves de las primeras viviendas fue en 1971. La mayoría de ellas habían sido construidas a través de cooperativas como el Doncel, San José, San Martín, Sagrada Familia y la última fue la formada por trabajadores de la empresa azudense de Vicasa.
Las ciento cincuenta mujeres que salieron de Gijón en ese Tren de la libertad hicieron historia el 1 de febrero de 2014. Eran valientes que resolvieron emprender un viaje por la libertad, la igualdad y la justicia de todas las mujeres.
En recuerdo de las generaciones que nos precedieron y por la importancia del sector primario para el medioambiente, el mundo rural y el pan de cada día de todos, reclamamos junto a ellos condiciones justas y atención a sus problemas.
El enfado de los agricultores españoles, con quienes todos nos solidarizamos, era un secreto a voces que terminó de explotar, y esta semana comenzaron sus propias manifestaciones.
Artículo de la consejera de Igualdad con motivo del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, que se conmemora el 6 de febrero.
Velázquez Bosco es el arquitecto al que debemos el conjunto de la Fundación de la Desmaissières que lo circunda, la iglesia de Santa María Micaela y el palacio de la Condesa de la Vega del Pozo.
¿A qué alguna vez has sentido que estás atrapado o atrapada en una rutina que parece imposible de cambiar? ¿Te has preguntado por qué es tan difícil abandonar viejas costumbres o adoptar nuevas?
Despedíamos el domingo a todo un personaje de la historia reciente de nuestra ciudad, don Feliciano Román Ruiz, médico urólogo y político de la transición.
Es ocasión para reconocer a quienes pusieron en marcha estos premios y a cuantos los han hecho posible a lo largo del tiempo, felicitar a este más de un millar de galardonados y agradecer a las instituciones públicas y sociedadl de Guadalajara su apoyo a esta celebración en sus distintas etapas.
En la noche del 9 al 10 de febrero, de 1924, hace ahora justamente un siglo, se producía uno de los acontecimientos que marcaron de manera profunda la evolución de Guadalajara.
Lo que escucho, lo que veo y lo que leo hacen sentirme como obligado a priorizar el viejísimo y controvertido drama del problema de España, un debate que en este país se lleva discutiendo desde finales del siglo XIX.
Este ‘febrero caliente” agropecuario, aparentemente sin líderes, organizado por las redes, puede acabar en una especie de 15-M, con bloqueo de autovías, puertos y centros logísticos.
Que nuestra plantilla de agentes de la Guardia Civil se encuentre al 100% sería el primer paso para la reestructuración que esperan los ciudadanos de la provincia de Guadalajara y los propios agentes.
Toda esta acumulación de grandes proyectos que concluirán en esta legislatura dibujará una Guadalajara de referencia a nivel nacional por la calidad de sus servicios e infraestructuras.
En el año 1970 el paseo, conocido popularmente como Las Cruces, dejaba de ser de tierra y se colocaban unas baldosas de colores blancos y granate que simulaban las formas de Cruces en referencia al bulevar. Recordamos hoy la historia del paseo.
Seguro que recordáis quién pronunció esa frase. Sí, fue Van Gaal, entrenador del FC Barcelona, en una rueda de prensa cansado de las preguntas de los periodistas sobre la delicada situación que atravesaba el Barça por aquel entonces.