La Semana Santa es un tiempo muy rico en ritos populares y, muchas veces, resulta difícil distinguir dónde empieza y dónde termina la ortodoxia católica y la tradición popular.
Abelardo Gismera Angona, maestro de EGB, cuenta cómo surgió esta iniciativa.
En el rincón de esta semana vamos a recordar a la Cofradía de la Virgen de la Soledad que saldrá hoy Viernes Santo en la procesión del Santo Entierro. Los primeros datos oficiales de esta Hermandad se sitúan en el año 1573.
Seguramente después de este bachillerato los jóvenes dominen materias útiles pero nunca el aprendizaje será una esforzada aventura con premio como lo fue para sus padres.
Agradecemos el trabajo de las administraciones, cofradías, hermandades y personas que hacen posible esta programación que mantiene viva nuestra cultura tradicional en una Semana Santa en la que confluyen distintas emociones.
Historia, vistosidad, arte, variedad de estilos, belleza, solemnidad, implicación de los vecinos, turismo y solemnidad concurren estos días en los desfiles procesionales de Guadalajara.
Era un fotógrafo silencioso, solitario y sobre todo pasaba inadvertido con su único objetivo de obtener la noticia y plasmarla en los medios de comunicación, entre ellos Nueva Alcarria que tuvo la suerte de disfrutar de su trabajo.
Emilio Fernández-Granvía pasaría por ministro de Cultura francés, de esos que dejan su firma en un hito y duran lo justo para volver al paredón del folio.
En cuanto a la Roldana, fue la primera mujer que logró ser nombrada escultura de cámara sirviendo tanto a Carlos II como al primer rey Borbón de España, Felipe V.
Empujado por el corralito, Sergio Martínez salió de Argentina en 2002. Hasta ese momento había desarrollado una notable pero limitada carrera pugilística que le llevó a participar en el mundial de boxeo de 1997 y a ser campeón argentino y latinoamericano de peso wélter.
Uno recuerda aquellas semanas santas en las que toda actividad un tanto lúdica, y sobre todo en las que estuviera presente la música o el folklore popular era barrida de plano. Resultaban días realmente tristes.
En la mayoría de los pueblos, las amas de casa, con la ayuda de los hombres, encienden después de comer el día de Nochebuena, el llamado “nochebueno”. Es un grueso tronco que permanece en la lumbre hasta que se consume. Artículo publicado el 22 de diciembre de 1964.
En Semana Santa hemos de poner la mirada en tantos millones de hermanos que, en distintos lugares del mundo, sufren o mueren a causa de la guerra, del hambre, de la pobreza, de la persecución.
Recuerdo cuando éramos niñas. Siempre solíamos estar calladas en Misa. Hasta que un Jueves Santo, ante el Monumento, tomamos los libros litúrgicos que había en los bancos de la iglesia y decidimos acompañar a los fieles leyendo las oraciones. Aún no habíamos hecho la Comunión.
Tom Lubbock tituló su artículo “¿Hubo alguna vez un dolor como el mío?” porque en ese sufrimiento, en ese relato donde el cristianismo hace su gran aportación a la construcción de lo que hemos dado en llamar Occidente, concurren el arte y la fe, y se manifiestan los límites para enfrentarse al dolor.
La adulación está unida a la necedad: el enchufado alaba para sobrevivir, mientras que el apto pide oportunidades, no enchufe.
En este escenario, con sensibilidad, responsabilidad y serenidad debemos hoy ser lo más positivos posible y ampararnos en lo bueno que está pasando como es, por ejemplo, la recuperación de la Semana Santa.
Con el Código Penal o con el diccionario de la Real Academia, el calificativo criminal, en cualquiera de los delitos expuestos, desgraciadamente es el que se ajusta a la invasión de Ucrania.
Lamentablemente las futuras generaciones no serán conscientes de la importancia que tiene conocer nuestros orígenes.
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