El verano está refrendando con especial brillo el papel irrenunciable que desempeñan los grupos de desarrollo rural en la provincia de Guadalajara. Estas agrupaciones son en realidad el motor que impulsa la vitalidad de nuestro territorio.
Un nombre, el de Mencía, que merece un hueco entre las personalidades más importantes de nuestra tierra, y que me gustaría que sirviera de inspiración en el futuro a esta niña de cuatro años, mi pequeña Mencía, que juega a mi lado mientras escribo.
"Ya no vienen veraneantes, vienen turistas”, reflexiona uno de los contados pastores que aguantan en esta parte de España antes llamada simplemente rural y ahora vacía, vaciada, abandonada, desatendida, despoblada, y estos días también turistizada.
En plena ola de calor, de norte a sur y de este a oeste, localidades de todo tamaño de nuestra provincia están inmersas en fiesta este puente de la Asunción y de San Roque.
Cuando me había convencido por fin de que este mundo no tenía ningún remedio, me descubro otra mañana más obligado,condenado, a volver a confiar, ciega e irremediablemente, en la humanidad.
A finales del siglo XIX apareció en la escena europea un objeto revolucionario: el coche a vapor de Léon Serpollet. Este industrial francés consiguió que unos inversores se interesaran por su proyecto y que se pudiera llevar a cabo la construcción de este vehículo.
Arde el aire en Mérida. Son las once de la noche y el termómetro sobrepasa los treinta grados. La cávea del teatro, repleta, es un mar de abanicos, polícromo oleaje que pretende una brisa que no llega. Imponente acceso a través de los vomitorios de piedra, entre sillares perfectamente ajustados.
Veraneantes y forasteros van llegando desde julio a sus segundas residencias o casa del pueblo. Algunas costumbres no se pierden. Como el paseo nocturno tras la cena y las charlas a la puerta de casa, sentados en los tradicionales poyos, hamacas y sillas de enea.
Como acostumbro a hacer con cierta frecuencia con las obras literarias que más me han satisfecho, he leído, he vuelto a releer recientemente, por cuarta o quinta vez ya, La Gaznápira, la magnífica obra de Berlanga.
Sigüenza y Huertapelayo son botón de muestra de dos modelos festivos de distinto nivel por presupuesto, población y tamaño, pero que comparten ilusión y mucho amor a sus señas de identidad, a su pasado y presente, orgullosos unos y otros de lo suyo.
Más de tres años y medio de guerra en Ucrania. Guerra que no es tal, sino una invasión fracasada. Es importante decirlo una y mil veces para evitar maniqueísmos baratos como esos “no a la guerra” con que algunos adornan su narcisismo moral pidiendo una especie de tregua entre iguales.
Verbenas, alegría peñera por la calle, concursos, talleres, juegos, misas y procesiones se repetirán de norte a sur, de este a oeste, llevando vida a cada rincón de la patria chica, propiciando reencuentros y esa escapada llena de nostalgias a donde crecimos o a la que estamos ligados.
Coincidiendo con la festividad de la Virgen de la Asunción, este fin de semana se celebran en Jumilla, tierra de graneles básicos, poco dada al refinamiento, las fiestas de Moros y Cristianos, brillante cierre a una quincena de agosto en la que no han tenido otra cosa.
Nuestra provincia es abundante en pueblos y pedanías y casi todos ellos suelen celebrar sus fiestas patronales entre julio y sobre todo agosto. Hoy queremos dedicar estas líneas a la ciudad que tanto arte atesora en sus monumentos y calles, Sigüenza.
Os dejo la opción para preparar calabacines que puede ser perfecta para acompañar carnes, para hamburguesas o perritos, ensaladas e, incluso, como entrante.
Este sábado, 9 de agosto, con presencia del presidente de las Cortes regionales, Pablo Bellido, se inaugura, en Almoguera, la muestra fotográfica y el documental que recuerdan aquella riada que causó la muerte de 10 personas y graves daños en Yebra y Almoguera. Foto: Ayto Almoguera.
Juzgados, centros escolares, servicios municipales, tiendas, fábricas, inmobiliarias, autoescuelas, peluquerías, bares.. Todo o casi todo, buena parte del mes o en su totalidad, cuelga el cartel de cerrado por vacaciones a lo largo del mes de agosto en la ciudad de Guadalajara, en particular en la semana del puente.
El documento, fechado el 26 de julio de 1825, remitido al rey Fernando VII, ponía de manifiesto la precaridad laboral de los trabajadores de Guadalajara.
Quien lleva a la pantalla la infiltración de un activista por el derecho de los animales en un laboratorio de Tres Cantos durante 18 meses, es Pablo de la Chica, director del documental.
Se le cae a uno el alma a los pies viendo las teles estos días vacacionales, por aquello de pasar algo el rato ¡Cuánto tedio, mediocridad y adoctrinamiento permanente!.